Coger un avión desde Lanzarote o con destino a la isla de los volcanes se ha vuelto como jugar a la ruleta. ¿Habrá retraso? ¿Podré coger el vuelo para el que estoy haciendo escala? ¿Llegaré a mi destino antes de que anochezca? Son varias las preguntas que pueden asaltar a los pasajeros y el problema no cesa. El motivo es la lucha por parte de los controladores aéreos en defensa de sus derechos laborales, una situación que los ha llevado a ponerse en huelga.
Varios aviones han tenido, incluso, que ser desviados a Fuerteventura. En algunos vuelos previstos para este domingo la demora media ha sido de 66 minutos, pero según varios afectados que han contado su testimonio a Atlántico Hoy, la espera llegó a ser de cuatro horas. Susana Romero, secretaria de comunicación de USCA –el sindicato mayoritario en el sector público–, entiende el enfado de la población y se muestra tajante: “A nosotros nos encantaría desconvocarla”.
Un conflicto estancado
El enfrentamiento del agente social es con la empresa Saerco, la compañía que se encarga de gestionar la torre de control en Lanzarote porque el servicio está privatizado como ocurre en todas las islas excepto Gran Canaria y Tenerife. “Me encantaría decirte otra cosa, pero la realidad es que el tema está muy bloqueado”, subraya Romero.
La reivindicación reside en desbloquear el nuevo convenio colectivo, reconocer los mismos días de vacaciones y una revisión salarial acorde con el encarecimiento de la vida. “La posición de Saerco es super inamovible y de hecho estamos ahora con el SIMA, la asociación para mediación que existe para cuando hay un conflicto estancado”, explica. La siguiente reunión que tendrán será el 6 de noviembre.
"Entendemos el enfado"
Se trata de un contexto que puede afectar a la imagen que traslada la Isla de cara a los turistas que recibe. El pasado mes de agosto volvió a estar en la lista de los aeropuertos con más retrasos de Europa. Romero garantiza que son conscientes porque, como es evidente, también forman parte de la sociedad. “No somos un grupo estanco”, exclama. “Tenemos familias, amigos y vivimos en el mundo real”, apostilla.
“Yo no conozco ningún sector profesional al que le agrade llegar a esa medida de presión. Es una decisión muy antipopular, muy difícil de explicar muchas veces, la gente que se ve afectada se enfada y lo entendemos”, continúa.
Pedir vuelos directos
Las agencias de viaje de la Isla viven esta realidad de primera mano, aunque es cierto que son emisoras de viajeros y no receptoras. “Afecta, por supuesto”. declara a este periódico Delia Alemán, trabajadora de Viajes Tindaya. “Lo vivimos mal porque cuando tú sacas un billete Lanzarote-Gran Canaria y luego Gran Canaria-Santander, si el primero se retrasa muchas veces puedes perder el segundo vuelo y ya no hay más”, detalla.
“Sobre todo en las islas como la nuestra, en las menores. Porque muchos vuelos son vía Tenerife o Gran Canaria y algunos los pierdes. Eso ocasiona al pasajero unos gastos y nos preocupa. La gente suele pedir que sean directos”, relata.
Atención al cliente
Rita Ferrer es una empleada de Viajes Timanfaya. En su opinión, el problema en Lanzarote “está siendo minúsculo” para el movimiento que hay. “Yo creo que los vuelos han crecido bastante como para tener un aeropuerto un poquito más grande”, expone. Desde que hay huelga, dice, han notado también que hay más retrasos.
Apunta que en lo que más les afecta es en la atención al cliente. “Debemos tener una imagen exquisita, pero no está en nuestra mano que un avión salga o no puntual. Aconsejamos a las personas que si es un vuelo con conexión siempre vayan mucho antes”, sentencia.
Otra empresa
Susana Romero destaca que la gente que viaja a Lanzarote para hacer turismo “también lucha por sus mejores condiciones laborales”, por lo que “todos los sectores profesionales debemos tener la suficiente empatía para entender las reivindicaciones de los demás”.
La sindicalista pone en valor que recientemente estuvieron en Canarias y comprobaron que el apoyo político es unánime. Además, resalta que Skyway, otra empresa que gestiona torres de control, mostró una actitud más abierta a la negociación y a poder aceptar alguna de las reivindicaciones que se están haciendo a nivel sindical.
Llegar a acuerdos
“Sin haber firmado el convenio, porque es sectorial, USCA ha pedido a los compañeros y compañeras que están en las torres de Skyway que no secunden la huelga. Porque ellos han mostrado intención en negociar. Solamente con una intención, sin haber firmado nada. Eso demuestra que no tenemos ningún interés en perjudicar, sino en poder llegar a acuerdos en el trabajo”, atestigua.
Llegados a este punto la pregunta es: ¿por qué Saerco mantiene entonces una actitud distinta? “Porque cuando se hizo con más torres de control en la última licitación realizó una oferta muy a la baja sabiendo que no iba a poder mantener las condiciones que tenían los controladores actuales”.
"Les da igual"
Romero afirma que uno de los argumentos por parte de la compañía es que si mantiene las condiciones perdería dinero, “pero eso tendría que haberlo sabido antes de hacer la oferta”. “Les da exactamente igual porque como aquí hay una total impunidad a nivel laboral y los derechos de los trabajadores son siempre lo último que importa…”, reflexiona.
“Y más una empresa como Aena que tuvo el año pasado 1.000 millones de beneficios que se reparten entre sus accionistas. Es increíble que sigamos enriqueciendo el bolsillo de fondos multimillonarios mientras se siguen precarizando las condiciones de los empleados”, protesta la secretaria de comunicación de USCA.
Perder el miedo
Bajo su punto de vista, es posible que desde la compañía no se esperaran “esta actitud sindical”. “Las torres privatizadas, en general, están perdiendo el miedo pero todavía existe porque hay una política de represión absoluta con despidos que han sido declarados nulos o improcedentes”, añade. “Amenazan constantemente con abrir expedientes y juegan con el miedo y el pan de la gente”, culmina.
Según declaraciones ofrecidas desde Saerco a este medio el pasado mes de septiembre han ido haciendo sus propias propuestas desde la que recibieron inicialmente por parte del sindicato aunque, dicen, “USCA no se ha movido ni un centímetro de la suya”. Dos versiones bastante diferentes que giran en torno a unos retrasos que no dan tregua en Lanzarote.