Encontrar un restaurante en Canarias que cocine comida típica —y lo haga bien— no es difícil, pero encontrar uno que haga de los berros el ingrediente estrella en toda su carta es diferente. El Rincón de Marcos, con un restaurante situado en Firgas y otro en Teror, ha conseguido diferenciarse en el sector de la hostelería gracias a esta planta acuática muy importante en los platos típicos canarios.
Más de un cliente se ha podido extrañar si la fama del local no ha llegado a sus oídos. En Gran Canaria este restaurante es conocido por el color verde que abunda en el menú y anima a la clientela a ir a cualquiera de sus dos restaurantes para saciar la curiosidad, es que no es para menos porque el aspecto verde del pan choca, también el del queso, el del alioli o incluso el de las croquetas. Una vez allí, en la intimidad que genera cualquier mesa de un bar, los clientes miran la carta y se preguntan: "¿A qué sabrá una tarta de berros?".
Ocho años de diferenciación
"Cuando pensamos en abrir el restaurante en Firgas, hace ocho años, buscábamos un factor de diferenciación", explica Marcos Ramírez Angulo, el propietario del restaurante que inició su aventura en 2015. "Buscando diferenciación y buscando algo distinto que no utilizase nadie más terminamos con los berros como especialidad", recuerda Ramírez que después del éxito del primer restaurante en Firgas abrió otro en Teror.
"En Firgas hay mucha hostelería pero no había ni hay nadie que se dedique a este vegetal aunque son típicos de este municipio, pero no hay nadie que le haya sacado el provecho", narra el propietario de los restaurantes y socio de la terraza La Nueva Molienda.
La curiosidad de los clientes
La idea de explotar un factor gastronómico en cada municipio de la Isla también entraba en los planes de Marcos. "En su momento pensé en abrir un restaurante en cada municipio con la especialidad de cada zona. En Ingenio con carne de cochino, en Arucas con ron, en Valleseco con la manzana, pero al final todo eso se quedó como una idea", dice el propietario, aunque confiesa que no descarta la idea de hacerlo en un futuro.
Con la llegada del verano las comidas frías triunfan y por eso ahora es el momento en el que los clientes que se acercan a cualquiera de los dos restaurantes pide una buena ensalada de berros. "Al principio casi había que regalarla porque nadie quería probarla porque no la conocían, le teníamos que decir a todo el mundo 'pruébala que si no te gusta no la pagas' y hoy en día es uno de los platos que más se vende", cuenta Marcos Ramírez.
Los berros contienen fibra, folatos, vitamina C, vitamina A, calcio y hierro y se cultivan durante todo el año. También es utilizado como estimulante y diurético, ha sido usado en la medicina popular para aliviar la bronquitis y ciertas afecciones cutáneas. Los rincones de Gran Canaria esconden restaurantes como el de Marcos, que además de aprovechar la riqueza gastronómica de las Islas apuesta por los productos de kilómetro cero. El propietario es consciente de que la planta sirve de gancho, pero es la experiencia la que hace que los clientes repitan. "La gente viene porque le pica la cuiriosidad y después se quedan por todo lo demás".