Canarias es uno de los grandes paraísos gastronómicos de España. Las islas cuentan con productos locales de gran calidad y una cocina que fusiona diferentes culturas y realidades: así lo intenta plasmar Abraham Ortega en su propuesta gastronómica y, especialmente, en su restaurante, el Tabaiba. Con una Estrella Michelín ya en su poder, el chef canario apuesta por la comida fusión y su local se sitúa a pie de playa.
Tabaiba, cuyo nombre surge a raíz de una especie de flora autóctona de la Macaronesia, tiene carácter local, presencia de raíces canarias y un contacto estrecho con el origen del producto. Tal como se definen en su propia página web, la cocina se “caracteriza por ser vanguardista, transgresora y caótica, sin olvidar los orígenes humildes de la gastronomía canaria, teniendo en cuenta la sostenibilidad y máximo respeto por los productos que llegan a nuestras manos”.
El restaurante se sitúa en Las Palmas de Gran Canaria, cerca de la playa de Las Canteras. Tabaiba apuesta por la cocina canaria evolutiva, donde conviven el producto cercano, la experimentación y el cuidado de la tradición gastronómica isleña. Una fusión que funciona: el local ya cuenta con una Estrella Michelín y sigue acumulando clientes y clientes.
La cocina de Tabaiba es evocativa: recuerda momentos, vivencias y tradiciones que luego se trasladan a los platos. Algo así como un laboratorio de ingredientes y conceptos culturales donde la gran apuesta es todo lo que sea local, tal como asegura el propio chef canario: “Aquí se genera de todo. Nos ocurre un poco como en algunos países de Sudamérica, que hay tantos microclimas que se producen todo tipo de cosas”. “En España hay un problema con reivindicar las cosas buenas que hacemos. Y en Canarias es peor todavía. Pero hay una materia prima y un talento humano estupendo”, sentencia.
¿Qué ofrece Tabaiba en su carta?
El restaurante ofrece dos opciones cerradas: el Menú Tabaiba - 12 bocados y el Menú experiencia - 15 bocados. Por ahora, la fórmula funciona a las mil maravillas: según reconocen desde el propio restaurante, el 80% de la clientela es de carácter local, mientras que el resto se reparte entre nacional e internacional. El local se sitúa en el barrio de Guanarteme, una zona obrera en la que el tique medio no supera los 20-25 euros en restauración. Pese a ello, la acogida ha sido excelente y los clientes están encantados con el restaurante.