Canarias tiene un problema con el agua de riego y con las olas de calor. Este año, la subida de temperatura y las lluvias torrenciales a destiempo han provocado que algunas cosechas se echen a perder o no sean de la calidad deseada. El cambio climático está provocando que los agricultores no sean capaces de prever sus cosechas ni fiarse del calendario de lluvias y sopesen cada vez más cambiar de secano a regadío.
Pero esta opción plantea un inconveniente: no hay agua suficiente en las galerías subterráneas de las islas y los recursos desalados son muy costosos para los agricultores. Las peores paradas de esta falta de riego y de las sequías, las cosechas.
Regenerar agua como solución
Esta semana, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga Canarias Asaja) ha anunciado que se ha perdido el 60% en la cosecha de papa y el 80% de cereal en el norte de Tenerife debido a la falta de agua, algo que la asociación ha calificado de "siniestro".
Theo Hernando, secretario general de Asaga, ha explicado a Atlántico Hoy el problema y apuntado a posibles soluciones que se demandan desde el sector. Hernando explica que todo pasa por regenerar el agua que se utiliza para el consumo humano para poder sortear la sobreexplotación de las galerías y evitar los altos costes.
Más barato y menos contaminante
"Ese agua cuesta mucho menos porque el recurso ya se pagó cuando alguien tiró de la cadena o se duchó. El agricultor sólo paga el proceso de regeneración y no el agua en sí, lo cual es mucho menos costoso y permite también acabar con los vertidos al mar", dice el presidente de la asociación.
El proceso de regeneración es un paso más allá de la depuración convencional, que sólo deja el agua en unos estándares aceptables para ser devuelta a su medio sin contaminarlo. Por el contrario, la regeneración convierte ese agua mediocre en agua de calidad apta para su uso en la agricultura.
De este modo, ese recurso no se pierde en el mar, sino que se le da una segunda vida en los cultivos y, además, se vuelve a filtrar en la tierra, convirtiéndose en agua completamente limpia.
Un método poco extendido
Pero la regeneración, a día de hoy, no está suficientemente extendida como para abastecer a todas las explotaciones agrarias. Hernando señala que el problema es que mucha del agua regenerada en la costa no llega a las medianías por falta de estaciones de bombeo, por lo que sólo se ven beneficiados de su uso los agricultores que tienen sus cultivos en esas cotas.
Con todo, Tenerife y Gran Canaria son las islas más avanzadas en ese sentido. Hernando cuenta que este año los embalses del sur de Tenerife están al 65% ahora que empieza el verano. Una cifra que desde Asaga valoran como "muy positiva" dado que en las mismas fechas del año pasado estaban al 20%. La diferencia no es que haya llovido más, sino que se han rellenado con el agua regenerada.
Actualmente, Asaga calcula que aproximadamente el 11% del agua de riego a día de hoy en Canarias es regenerada. Cifra todavía lejana al 30% que la asociación cree que sería necesario para acabar con los problemas del agua, pero que está en incremento y esperanza a los agricultores.