El refrán canario basado en un animal que el resto de España no entiende: es muy popular en Canarias

Este refrán es un excelente ejemplo de cómo las expresiones populares pueden ser una ventana a las tradiciones y el estilo de vida de una región, reflejando no solo el idioma, sino también la geografía y las experiencias: te contamos todos los detalles

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Imagen de unos amigos hablando / AH
Imagen de unos amigos hablando / AH

El lenguaje coloquial está lleno de refranes y expresiones populares que, a menudo, varían según la región. En Canarias, existe una frase particularmente curiosa que es parte del habla cotidiana y que refleja tanto la vida rural de las islas como la influencia de su geografía.

Sin embargo, fuera del archipiélago, esta expresión puede parecer incomprensible e incluso desconcertante, ya que hace referencia a un animal y una situación que no son comunes en otras partes de España.

¿Qué significa “El conejo me enriscó la perra”?

El refrán en cuestión es “El conejo me enriscó la perra” o en algunas variantes “el conejo me riscó la perra”. Esta expresión se utiliza cuando algo ha salido mal o no ha ido como se tenía planeado. Es típico escucharla en situaciones de sorpresa o decepción, cuando algo inesperado ocurre y cambia por completo los planes o el resultado esperado. 

Este refrán proviene de las costumbres rurales de pastores y cazadores canarios, quienes solían llevar a sus perros mientras recorrían los caminos y senderos de las islas. Durante estas caminatas o jornadas de caza, los perros podían encontrarse con conejos, que al ser perseguidos, llevaban a los canes a zonas complicadas o peligrosas, como riscos (zonas montañosas escarpadas). El perro, en su afán de atrapar al conejo, podía caerse, tropezar o simplemente perderse en terrenos difíciles, lo que generaba complicaciones para su dueño. De ahí nace el uso de este refrán como una metáfora de cuando las cosas se complican de forma inesperada.

Origen y variantes del refrán

El uso de este refrán tiene su origen en la vida rural de Canarias, donde los cazadores y pastores dependían mucho de sus perros para sus labores diarias. Los riscos o acantilados escarpados son comunes en la geografía canaria, y la dificultad del terreno hacía que los perros, al perseguir conejos, a menudo se metieran en problemas o complicaran la situación para sus dueños.

Según la Academia Canaria de la Lengua, existen diferentes variantes de este refrán dependiendo de la isla o incluso de la región específica. Se puede escuchar “el conejo me enriscó la perra”, pero también es frecuente el uso de formas como “esriscó”, “derriscó”, o simplemente “riscó”. Todas estas variantes mantienen el mismo significado y reflejan la idea de que algo ha salido mal o se ha complicado de forma inesperada.

¿Por qué no se entiende?

Fuera de Canarias, este refrán es prácticamente desconocido, y su significado no resulta obvio para quienes no están familiarizados con la vida rural y la geografía de las islas. La imagen de un perro persiguiendo un conejo en un risco no es algo que tenga resonancia en otras partes de España, donde los terrenos y las actividades rurales pueden ser muy diferentes.

Además, la palabra “riscó” o “enriscó” no es común en el español peninsular, lo que aumenta la confusión. En Canarias, esta palabra tiene un significado claro: hacer que alguien (en este caso, el perro) termine en un terreno complicado o en una situación difícil. Sin embargo, para alguien que no esté familiarizado con el dialecto canario, esta expresión puede no tener sentido. Este refrán es un excelente ejemplo de cómo las expresiones populares pueden ser una ventana a las tradiciones y el estilo de vida de una región, reflejando no solo el idioma, sino también la geografía y las experiencias de la vida cotidiana en ese lugar.

Qué otras expresiones son típicas en Canarias

Los canarios tienen una idiosincrasia única respecto al resto de España y es habitual encontrar expresiones que son únicas en Canarias, pero no fuera de ellas. Te traemos algunos ejemplos: 

  • “Al mal tiempo, buena cara”: habla de la resiliencia, especialmente útil en lugares con clima variable como algunas zonas de Canarias.
  • “Barriguita llena, corazón contento”: expresa que la satisfacción de tener lo necesario (como comida) trae felicidad.
  • “Quien mucho abarca, poco aprieta”: recomienda no asumir más de lo que se puede manejar.
  • “Írsele (a alguien) el baifo”: cuando uno está hablando y pierde el hilo del discurso y se olvida de lo que iba a decir o de lo que tenía que hacer.

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