El incendio que se declaró este martes en la cumbre de Gran Canaria, en Los Llanos de la Pez, con dirección hacia el Pico de Las Nieves (Tejeda) se descontroló de los primeros medios de control. Las cenizas voladoras —que pueden saltar a decenas de kilómetros— tuvieron mucho que ver en dicho descontrol inicial, según explicaron desde el Cabildo de Gran Canaria. Pero, ¿qué son y por qué pueden dificultar el combate contra los incendios forestales?
El nombre real de este fenómeno es pavesa, brasas que son transportadas por el viento más delante de la cabeza del incendio. Preocupan porque, ya que son transportadas por el aire, pueden llegar a producir nuevos focos de incendio. Además, por si fuera poco, pueden incluso llegar a encender fuegos que encierren al propio personal que lucha contra las llamas.
Pavesas
El director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, explica que las pavesas son tracciones de vegetación que están arriendo. Normalmente, lo que más vuela suelen ser cortezas de pino —según se va quemando, expulsa sus capas de corteza y estas saltan y se incorporan al flujo que genera el incendio de aire en ascenso hacia la atmósfera—. “Parte de esas cortezas que van saltando suben por ese flujo y el viento lo lanza en la distancia”, expone. Muchas de estas pavesas están encendidas y, por su propio peso, comienzan a caer. “La inmensa mayoría suelen caer frías porque ya se han consumido en el aire, pero hay unas pocas que son más gruesas y caen encendidas”. Cuando pasa esto, explica el profesional, depende del estado del combustible donde cae —lo ideal para que prenda son el pastizal, el cerrillo o lugares donde le esté dando el sol—.
“En Canarias hemos tenido paveseos importantes”, continúa. “En 2007, en Tenerife los tuvimos de hasta 15 kilómetros de distancia”. En este último incendio en Tejeda, “la primera carrera sale de Cortijo de Huertas en dirección hacia el Alto del Pozo y Pico de Las Nieves”. Por delante hay una carretera, “una zona que tenemos limpia”, pero el fuego saltó por encima de esa zona y prendió a distancia. “Se genera, entonces, un incendio independiente que se conoce como foco secundario”.
Labores de extinción
“Normalmente, nosotros vamos subiendo por los laterales desde la cola para intentar cerrarlo”, expone Grillo. “Pero cuando salta a distancia es como si de repente el incendio se echara a correr y se alejara de nosotros. Esto nos obliga a seguir corriendo hacia arriba, a seguir cercando”. Pero, a lo mejor, se encuentran que han pasado de tener un cerco de 50 metros a que el incendio salte unos 300 o 500 metros más allá.
Cuando llegó la noche llegaron también unas mejores condiciones porque “cuando no hay calor cuesta más que la pavesa prenda”. El mayor miedo de los efectivos que trabajaban en la extinción del incendio era que saltase a la Cuenca de Tirajana “porque hay pastizales tremendos con palmerales y cañaverales que pueden poner en riesgo a gran cantidad de población”. Afortunadamente, toda esa zona estaba trabajada con quemas y, además, el ángulo con el que entró el incendio no era directo, “entonces se frenó totalmente”, concluye Federico Grillo.
Incendio de Gran Canaria
El Cabildo de Gran Canaria ha asegurado en una rueda de prensa que el incendio declarado este martes en Tejeda ha afectado ya a una superficie de 390 hectáreas. Se espera que las llamas puedan darse por estabilizadas, dado que el comportamiento durante la primera noche fue el esperado y no avanzó mucho. Antonio Morales, presidente de la corporación, destacó que, como se preveía, la evolución del incendio había sido positiva, ya que se ha conseguido detener su avance hacia Valsequillo. Una situación que preocupaba porque se hubiera acercado a núcleos de población.
Además, un hombre de 29 años, empleado de una empresa privada que realiza trabajos forestales para la institución insular, está siendo investigado como presunto autor del incendio forestal. Se ha llegado a la conclusión de que en el momento de originarse el incendio, el operario se encontraba junto a tres compañeros trabajando con desbrozadoras en una zona de pasto seco.