Desde hace siglos Canarias es una tierra vinculada a los perros tanto que una de las primeras referencias, descrita por Plinio El Viejo, narra la expedición marítima enviada por el rey Juba II entre el año 30 y 25 antes de Cristo. Ya en aquel tiempo, según apuntó el cronista, "Canaria" recibía ese nombre "por sus perros, de los cuales fueron enviados dos a Juba".
Pero, tal y como defienden algunos historiadores, esta denominación podría deberse en realidad a los llamados "cannis marinus", una especie de foca monje de gran tamaño extinguida en el siglo XV por los conquistadores, atraídos por sus pieles. Sea como fuere, a principios del siglo XVIII José de Viera y Clavijo dejó constancia, en la propia portada de su obra Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, de un escudo sustentado en dos canes para representar a las islas.
Dos perros extraviados
A pesar del arraigo histórico y cultural de este animal en el archipiélago, en 2005 el Gobierno de Canarias decidió retirar los canes de los documentos oficiales y edificios públicos mediante la publicación de un decreto que aprobaba un nuevo manual de identidad corporativa. Desde entonces el escudo representativo del Ejecutivo canario está compuesto tan solo por el blasón principal con las siete islas y la corona sobre ellas.
Este cambio se justificó desde el Ejecutivo como una decisión para implantar una marca corporativa más moderna y de fácil identificación para los ciudadanos, al tiempo que se consideraba el posible error de traducción de la obra de Plinio, donde podría haberse confundido al perro común con el mencionado "cannis marinus".
Asimismo, desde ciertas perspectivas insularistas se argumentó que el origen de estos dos grandes perros podría ser una referencia directa a Gran Canaria, posteriormente extendida al resto de islas. Con todo, la relevancia de los perros en Canarias desde época aborigen ha dado a sus habitantes una identidad, desde mitos como el Tibicena hasta los restos arqueológicos que sugieren enterramientos de hombres junto a sus canes, así como la pervivencia de razas autóctonas.
Sin collar desde 2018
Aunque los canes hayan desaparecido de documentos y edificios oficales desde 2005, el Estatuto de Autonomía de Canarias estableció que siguen siendo un símbolo del archipiélago. Así, en el articulo 7 referente a los símbolos, el Estatuto aprobado en 2018 establece:
Canarias tiene escudo propio, cuya descripción es la siguiente: en campo de azur trae siete islas de plata bien ordenadas dos, dos, dos y una, esta última en punta. Como timbre una corona real cerrada, surmontada de una cinta de plata con el lema Océano de sable y como soportes dos canes en su color.
La redacción, que parece idéntica a la del texto anterior, elimina un matiz. Los perros que flanquean el escudo de Canarias ya no están "encollarados", es decir, ya no llevan ese elemento que se ha interpretado, sobre todo desde ámbitos independentistas, como signo de sumisión. En cualquier caso, los perros continúan siendo emblema de Canarias, porque así lo dice el Estatuto vigente, por más que en la mayoría de edificios y en todos los documentos oficiales lleven casi dos décadas sin aparecer.