Es verano, una tarde calurosa de agosto. En el centro de Santa Cruz de Tenerife o la zona de Las Canteras en Las Palmas de Gran Canaria, la gente que sale de trabajar quiere aprovechar que los días son largos para tomarse una caña o un refresco en los bares y restaurantes de la zona antes de volver a casa. Pero, cuando se va a sentar en la terraza del bar, el camarero pregunta insidiosamente: "¿Para cenar?".
Más que una pregunta, es una invitación a irse, porque son las 19:30 de la tarde y el camarero sabe perfectamente que el horario habitual de los españoles no contempla cenar tan pronto. El establecimiento ha adaptado su horario a las costumbres de los turistas extranjeros y prescindir de servir unas bebidas a consumidores locales es el mal menor.
Para Facua es ilegal
Cuando los (no) clientes espetan al camarero que son las 19:30 y no es hora de cenar, este les responde: "Cada cual pone sus normas". Pero, ¿tiene derecho un bar o restaurante a imponer qué productos de la carta pueden pedir sus clientes?
Rubén Sánchez, secretario general de Facua-Consumidores en Acción, explica a Atlántico Hoy: "Entendemos que puede haber ilegalidad al imponer al consumidor determinados productos de la carta del establecimiento de todos los que ofrece. Es una práctica que deberían valorar las autoridades de consumo tanto de ámbito municipal, en este caso el cabildo correspondiente, como autonómico".
Dificil de controlar
No es tan sencillo como "cada cual pone sus normas", aunque sí es cierto que es muy difícil de controlar. La asociación canaria de defensa de los consumidores Auscan, con sede en Gran Canaria, explica a este medio que es una práctica cada vez más habitual en Las Canteras. "Los turistas se irán, pero los locales que quedan aquí tienen que cambiar sus horarios por los que vienen sólo unos días", explica.
Según Auscan, esta práctica es controvertida porque es difícil delimitar jurídicamente si se produce una ilegalidad. "Desde luego, si no está anunciado en el establecimiento no es legal", explica la asociación.
Excusas arbitrarias
Ahora bien, ¿qué pasa cuando el camarero explica esta norma de viva voz?. "Estarían vulnerando los derechos del consumidor", explica la asociación, porque se da entonces un elemento de "arbitrariedad" que además es muy dificilmente rebatible porque "el establecimiento se excusará en que tiene reservas previas y no se podrá demostrar que la razón es que quieren que se coma o se cene".
En cualquier caso, Auscan considera que esta práctica no es ética con los consumidores por el hecho de obligarles a adaptar sus horarios o a consumir determinados productos.