Este es el pueblo abandonado de Canarias con playas paradisíacas: la joya escondida de Europa

Esta población casi deshabitada está bañada por una apacible playa y rodeada por algunos de los arenales con las mejores vistas a las islas e islotes vecinos

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Cerca de Pedro Barba se ubica la Playa de Las Conchas, en La Graciosa, con vistas al islote de Montaña Clara./ TURISMO ISLAS CANARIAS.
Cerca de Pedro Barba se ubica la Playa de Las Conchas, en La Graciosa, con vistas al islote de Montaña Clara./ TURISMO ISLAS CANARIAS.

Toda la población de la más pequeña de las Islas Canarias se concentra en el núcleo de Caleta de Sebo. En toda la isla de La Graciosa son poco más de 700 habitantes y todos ellos viven en la capital de esta isla que ha crecido como principal puerto de conexión con la vecina isla de Lanzarote.

Pero eso no significa que sea el único pueblo de la isla. Aunque sean apenas unas pocas casas en un paraje que a lo largo del año visitan sobre todo las aves impulsadas por el alisio, también existe otro núcleo habitable a seis km de Caleta de Sebo. Se trata de Pedro Barba, un recóndito asentamiento sin población fija, desértico la mayor parte del año, como un espejismo de civilización entre sus calles de arena en medio de naturaleza virgen.

Este lugar está bañado por una apacible playa de 110 metros de longitud de arena y grava, donde la amplitud y tranquilidad del paisaje invita a relajarse en sus aguas serenas. Esta zona del litoral recibe el nombre de playa de Pedro Barba por su ubicación frente al pueblo pero muy cerca podemos encontrar otros espectaculares paraje  la costa graciosera donde disfrutar de un sosegada paseo coronado con un baño refrescante.

Playa del Ámbar y de Las Conchas

Cerca de Pedro Barba, si continuamos hacia el noreste encontraremos la playa de Lambra o del Ámbar, otro lugar de aguas cristalinas rodeado por dunas de arena blanca y rocas volcánicas, creando un precioso contraste de texturas y colores. Es un lugar salvaje y poco frecuentado, naturaleza en estado puro, por lo que es ideal para olvidarse del mundo y desconectar. Expuesta a los vientos del norte, es recomendable extremar las precauciones durante el baño debido a las corrientes.

En el noroeste, la playa de Las Conchas es probablemente la más impactante de La Graciosa. Entre arena blanca y tonalidades rojas del volcán de Montaña Bermeja, rodeada de un entorno único, aprecen unas vistas impresionantes del islote de Montaña Clara. En este lugar el oleaje es intenso por lo que el baño no es recomendable la mayoría de los días, pero la belleza de este rincón de la isla es tal que merece una visita aunque sea sin bañarse.

Calma en La Cocina

Para muchos una de sus mejores playas de La Graciosa es La Cocina, una cala de 100 metros de longitud a las faldas de Montaña Amarilla. Calmadas y de tonos turquesa, sus aguas contrastan con los tonos ocre predominantes en el paisaje. Por su fuera poco su localización le permite encontrarse al abrigo del viento, las olas y las corrientes de manera natural.

Para los aficionados al buceo, los fondos de La Cocina son una explosión de vida marina que choca con la calma que se respira en la superficie de esta playa virgen de La Graciosa. Esto ocurre en parte porque a La Cocina sólo se puede llegar a pie o en bicicleta, dotando a esta experiencia en la naturaleza de un componente especial, un esfuerzo antes de poder contemplar, desde la arena fina de la playa, la costa norte de Lanzarote.

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