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Sociedad

Las protectoras canarias notan un aumento de abandonos tras un año de la Ley de Bienestar Animal

Las asociaciones defensoras de los animales consideran que la normativa no está funcionando y se sigue produciendo casos de maltrato animal, así como venta ilegal que no está siendo perseguida y sancionada

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Un perro en un albergue / EFE - A. GONZÁLEZ

Hace un año que se aprobó la Ley de Bienestar Animal a nivel nacional, el 29 de septiembre de 2023. Su objetivo es proteger los derechos de los animales, combatiendo, concienciando y sancionando los actos que atenten contra su bienestar. Es por ello que se endurecieron las penas y multas en los casos de maltratos y abandono animal, entre 500 y 200.000 euros, y otras medidas como la prohibición de venta de gatos, perros y hurones en tiendas de animales. 

Aunque la principal intención era reducir los abandonos, las protectoras de las islas notaron un aumento en el número de animales abandonados, sobre todo perros. La protectora Dogandcat señala que esto se debió a la desinformación que se produjo al no quedar claro muchos aspectos como el seguro de responsabilidad civil o el seguro veterinario. No obstante, aunque ha pasado tiempo y parece que en cierta medida la situación ha mejorado, se siguen produciendo abandonos y “muchos adoptantes siguen poniendo problemas a la hora de pagar gastos veterinarios obligatorios y/o firma de contratos de adopción, etc.”, apunta Fayna Freyer, voluntaria de varias protectores como Acción Felina y Adefeve. 

Abandono de animales

Para Yahaira Thovar, de la Asociación de Defensa y Protectora de Animales de Canarias (Adepac), “la ley está coja y sigue sin funcionar al 100%”, además de que “quedan fuera los perros de caza”. Tanto ella como Dogandcat y Leyre por los peludos - protectoras que actúan sobre todo en Gran Canaria -, así como Freyer - en Tenerife - han notado un aumento de los abandonos de animales - al implantarse la ley y a lo largo de su aplicación, además de en verano, un periodo donde más se produce la desatención de animales - que ha llevado a que las protectoras se vean desbordadas al atender a gatos y perros “que no tenían chips ni vacunas y muchos estaban bastante enfermos”, apuntan desde la entidad animalista. 

Desde Dogandcat indican que “sigue habiendo muchísimo abandonó de animales y las entidades competentes no hacen mucho caso ante la llamada de la comunidad y de las personas a la hora de encontrarse con animales abandonados”. Denuncian que las protectoras están llenas porque “estamos haciendo el trabajo de ellos” y recalcan que las asociaciones no son entidades subvencionadas, sino que “todo sale de nuestro bolsillo y de la ayuda de familiares y amistades”. 

Un gato acogido en el albergue municipal de animales Valle Colino. / Valle Colino

Maltrato animal y venta ilegal 

Thovar resalta que el abandono, de todas formas, no es el principal problema que se produce en el Archipiélago. El foco está en el maltrato animal, pues “se siguen produciendo muchos casos en los que no se está aplicando la ley”, como las personas que tienen varios perros en una azotea “y los ponen a parir sin parar”, ejemplifica, añadiendo que todos esos cachorros terminan muriendo o llenando los albergues. 

Por otra parte, Freyer señala que han percibido que sigue habiendo mucha cría y venta ilegal, sobre todo, por ejemplo, de gatos Sphynx y otras razas. Las protectoras coinciden en que la venta ilegal es un problema que incluso puede llegar a ir en aumento, ya que, aunque las tiendas no puedan comercializar con los animales, sigue presente la venta de particulares. Desde Adepac, la animalista destaca la necesidad de que también se investiguen los anuncios que regalan o venden perros en redes sociales o plataformas como Milanuncios. 

Freyer agradece la lucha constante de las defensoras de los derechos de los animales, como Pacma, Fadua, Faada, etc., pero, al igual que desde Dogandcat, consideran necesario que se haga cumplir la ley desde las entidades competentes y “se multe a este tipo de gente”. 

El papel de las administraciones públicas 

Para las protectoras un aspecto que también queda cojo en todo este tema es la inacción de las entidades competentes, siendo el caso de los ayuntamientos y cabildos. “En positivo, puedo decir que hay ayuntamientos, como el de Santa Lucía, que se ha puesto las pilas para mejorar las instalaciones del CePa y también en proteger mejor a las colonias felinas. Pero sigue faltando que otros ayuntamientos hagan su trabajo de forma correcta y, sobre todo, el Cabildo”, manifiesta Freyer.

Thovar reitera que hace falta voluntad política y que los municipios se preocupen, así como tomar acción ante la falta de las entidades locales. “Hay que empezar a multarlos o sancionarlos para que ellos mismos cumplan las ordenanzas”, denuncia. 

Concienciación 

Desde las asociaciones y protectoras también hacen una labor de concienciación. “Hace falta informar a la gente porque muchos no saben que los perros se tienen que vacunar una vez al año”, expone Thovar. Por ejemplo, desde Dogandcat ayudan a los particulares para que “pongan a sus animales al día”. La protectora entrega a los animales desparasitados y con chips, además de un contrato de adopción en el que el adoptante se compromete a esterilizar y tener las vacunas de los peludos al día. 

Las asociaciones sienten que poco a poco las personas están más concienciados y protegen a sus peludos, pero sigue habiendo materias pendientes, como dejar salir a los gatos sin supervisión, un aspecto en el que Freyer, desde Acción Felina informa con asiduidad para que la gente entienda porque no se debe hacer y el peligro que supone tanto para el propio animal como para el resto. 

La ley

Todas coinciden que, aunque se tenga una herramienta para poder denunciar y “algo que nos avala”, la ley por “mucha buena voluntad que tenga, no está funcionando”, concluye Thovar, a lo que Freyer añade que “queda mucho trabajo por hacer por parte de las instituciones, la policía, guardia civil, veterinarios y todos los agentes implicados en el bienestar de los demás animales”.