El primer grupo en vacunarse contra la covid-19 debería ser el personal sanitario en contacto con pacientes, los trabajadores de residencias de ancianos y personal de primeros auxilios, dado que es el colectivo más expuesto, seguido de los grupos más vulnerables, como los mayores de 80 años.Esta es la propuesta del Grupo Colaborativo Multidisciplinar para el Seguimiento de la COVID-19 (GCMSC), una plataforma independiente de científicos promovida conjuntamente por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), con la colaboración de la Asociación Catalana de Centros de Investigación (ACER), que este lunes ha presentado su primer informe sobre grupos prioritarios para la vacunación contra la pandemia.En un comunicado, los expertos han subrayado que los recientes anuncios sobre el avance de distintas vacunas obligan a los gobiernos a diseñar una estrategia para definir cuál es la mejor manera de administrar las primeras dosis disponibles y lograr el mayor impacto, tanto en la reducción de la mortalidad como de la transmisión."Tras una revisión crítica de la literatura científica y de los planes generados por otros países o instituciones, nuestro grupo estableció una lista prioritaria de vacunación basada en principios éticos y adaptada a nuestro país", ha explicado la epidemióloga y presidenta del GCMSC, Silvia de Sanjosé.
El informe: los sanitarios, los primeros en vacunarse
El informe establece que el primer grupo que ha de vacunarse es a la vez el más expuesto y al que más se necesita proteger. Se trata del personal sanitario que está en contacto con pacientes. Además, personas que trabajan en residencias de ancianos y personal de primeros auxilios, como bomberos o policías.En segundo lugar, estaría el grupo más vulnerable: personas mayores de 80 años, priorizando a aquellas que están en residencias.Cuando la disponibilidad de dosis de vacunas sea mayor, se tendría que vacunar a continuación al resto de colectivos más susceptibles de enfermar gravemente. Hablamos de personas de entre 65 y 79 años de edad y personas con condiciones crónicas como la diabetes de tipo 2. También las que tienen enfermedades pulmonares o cardiovasculares y personas con obesidad.Posteriormente, el informe incluye al colectivo de trabajadores que prestan servicios esenciales a la población y están particularmente expuestas al virus. Es el caso del personal de transporte público, personal educativo o empleados del sector de la alimentación, entre otros. Además, personas institucionalizadas en lugares donde la capacidad de aislamiento es limitada. Prisiones y centros de refugiados, así como a migrantes y otras personas en riesgo de exclusión social.
Más prioridades
A continuación, el resto de la población adulta, con prioridad a las personas mayores de 55 años.El trabajo apunta que el último colectivo en recibir la vacuna sería la población infantil, ya que es la menos vulnerable al virus y, por el momento, se tienen pocos datos sobre la seguridad de la vacuna en este grupo.Los expertos también consideran que las personas que ya han superado el virus podrían considerarse como no prioritarias para la vacunación, como mínimo en las primeras fases.Finalmente, el grupo ha destacado la importancia de comunicar claramente a la ciudadanía los riesgos y beneficios de las vacunas, así como la necesidad de mantener las medidas adicionales de prevención hasta que un porcentaje suficiente de la población haya sido vacunado.