Para muchos, el café es un ritual indispensable en la vida diaria. Es el combustible para empezar la mañana, el acompañante ideal en reuniones o simplemente una excusa para disfrutar de un momento de calma en una cafetería. Sin embargo, en Canarias, ese ritual está cambiando, y cada vez más personas se están encontrando con una respuesta inesperada cuando intentan pedir un café en ciertos bares y restaurantes: “Ya no servimos café”. ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Qué está provocando que algunos establecimientos dejen de ofrecer esta bebida tan popular?
En este artículo, exploraremos las razones detrás de esta tendencia en Canarias, cómo afecta a los consumidores y qué otras opciones están surgiendo para los amantes del café.
El café: un placer y un ritual
El café es mucho más que una bebida para muchas personas. Es parte de una experiencia que se disfruta a diario: sentarse en un bar, pedir un buen café y saborearlo lentamente, ya sea en compañía o en soledad. Para algunos, es el momento del día en el que pueden relajarse y desconectar del estrés diario. Para otros, es una fuente de energía para afrontar una jornada llena de retos.
Los amantes del café no solo disfrutan del sabor y de los beneficios de la cafeína, sino también del ritual que lo rodea: el aroma de los granos recién molidos, el calor de la taza en las manos y el ambiente relajado de las cafeterías o terrazas al aire libre. Ya sea un espresso fuerte o un café con leche suave, la experiencia es lo que realmente marca la diferencia.
Sin embargo, esta experiencia está desapareciendo en algunos bares y restaurantes.
¿Por qué los bares de Canarias están dejando de servir café?
Imagina estar sentado en una terraza en el paseo de Las Canteras, una de las zonas más icónicas de Las Palmas de Gran Canaria. Decides pedir un café para disfrutar del momento, pero te sorprenden con una respuesta inesperada: "Ya no servimos café". ¿Cómo es posible que un bar o restaurante deje de ofrecer una de las bebidas más populares del mundo?
La razón es simple: el café ya no es rentable para algunos restaurantes. En muchos establecimientos, especialmente aquellos ubicados en zonas muy turísticas o frecuentadas por profesionales y nómadas digitales, el café se ha convertido en un producto que, aunque barato para el cliente, no genera suficientes beneficios para los dueños de los restaurantes. Un café suele costar alrededor de 1,70 euros, pero algunos clientes ocupan una mesa durante horas con una única taza de café, lo que significa que el restaurante no puede maximizar su capacidad de negocio.
Además, con el auge del teletrabajo y la llegada de nómadas digitales a las islas, este problema se ha exacerbado. Muchos restaurantes se han convertido, sin quererlo, en espacios de trabajo donde los clientes pasan largas horas con un solo café y ocupan mesas que podrían ser usadas por otros comensales. Para los dueños de estos negocios, esta situación es insostenible, ya que necesitan rotación de clientes para ser rentables.
El auge de las cafeterías y espacios de coworking
Mientras que los bares y restaurantes tradicionales en Canarias están eliminando el café de sus menús, otros tipos de establecimientos están aprovechando esta situación. Las cafeterías especializadas y los espacios de coworking han crecido considerablemente en las islas, especialmente en lugares como Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad que ha sido reconocida por Lonely Planet como uno de los destinos más atractivos para los trabajadores remotos de toda Europa.
Estos nuevos espacios no solo ofrecen café, sino que lo han convertido en parte fundamental de su identidad. Con más de 30 espacios de coworking y varios colivings en la isla, los profesionales digitales que llegan a Canarias encuentran en estos lugares un ambiente adecuado para trabajar, socializar y, por supuesto, disfrutar de un buen café. En este contexto, el café deja de ser simplemente una bebida para convertirse en un símbolo de un estilo de vida que combina trabajo y disfrute en un entorno único.
El ‘postureo’ del café: el aumento de precios y la sofisticación
Otro cambio significativo en la escena cafetera de Canarias es el aumento de precios y la proliferación de cafés con nombres sofisticados. Lo que antes era un simple café con leche, ahora se convierte en un “macchiato”, un “flat white” o un “latte”, con nombres que en ocasiones pueden parecer complicados. Esta tendencia no solo refleja una mayor demanda por productos más especializados, sino también un cambio en la cultura del café.
En estos nuevos espacios, el café ya no es solo una bebida para despejarse por la mañana, sino un producto gourmet. Los clientes buscan calidad, sabores únicos y una experiencia completa. Los expertos en café, como los de Hule y Mantel, destacan que un buen café debe tener ciertos atributos: no ser demasiado ácido ni amargo, y tener aromas que recuerden a frutas, flores o elementos agradables, evitando olores a humo, paja o quemado. Esta sofisticación ha llevado a un encarecimiento del café, pero también a una mayor apreciación por parte de los consumidores.
¿Qué implica el fin del café en los bares tradicionales?
La decisión de algunos bares y restaurantes de dejar de ofrecer café tiene varias implicaciones. Por un lado, los amantes del café tradicional pueden sentirse decepcionados al ver que uno de sus rituales diarios está desapareciendo. Aquellos que disfrutan de una simple taza de café después de una comida en un restaurante se encuentran ahora con menos opciones y deben recurrir a las cafeterías especializadas para satisfacer su deseo.
Por otro lado, este cambio también señala una transformación en el sector de la hostelería en Canarias. Los restaurantes están adaptándose a una nueva realidad, donde la rentabilidad y la eficiencia son clave, especialmente en áreas de alta demanda turística o donde los nómadas digitales están en aumento. Mientras tanto, las cafeterías y los espacios de coworking están ocupando el nicho dejado por estos bares, ofreciendo un café más caro, pero con una experiencia más completa y adaptada a las necesidades de los trabajadores remotos.