Saber cuántas horas extra hace el profesorado canario resulta imposible. Nadie las ha cuantificado, pero los sindicatos tienen claro que son muchas. Organizar las clases; corregir exámenes; poner notas; o hacer informes sobre sus alumnos son varios ejemplos de las actividades que alargan las jornadas de los maestros más allá de las fijadas por ley. Aún así, son tareas que, a priori, cualquiera podría pensar que son normales en la vida de un docente. Pero su principal inconveniente es otro: la carga burocrática a la que se enfrentan desde hace tiempo, lo que les hace más complicada la conciliación. La Consejería de Educación del Gobierno regional, área liderada por Poli Suárez, es consciente del problema y se ha marcado el objetivo de revertirlo a partir de este curso 2024-25.
“Hay que tener en cuenta que la exigencia horaria ha aumentado en los últimos años debido a la creciente carga burocrática que se nos impone a través de las leyes educativas y de la normativa publicada por la Administración. Son tareas administrativas, no puramente docentes, que muchas veces dificultan que nos podamos dedicar plenamente a los procesos de enseñanza y aprendizaje, que constituyen nuestra verdadera función”, explica Pedro Crespo, presidente de ANPE Canarias. Los docentes, dice, necesitan que se simplifique el ‘papeleo’, así como que los centros cuenten con más personas para labores así.
Tomar decisiones
José Manuel Cabrera, viceconsejero de Educación del Gobierno canario, asegura en declaraciones a Atlántico Hoy que el pasado jueves se reunieron con la plataforma de directores tanto de Primaria como de Secundaria para crear una comisión que les permita dar los primeros pasos en una iniciativa sobre la que se empezó a trabajar el curso pasado. El objetivo es minimizar los trámites burocráticos que alejan al profesorado del aula y que le quita tiempo para dedicar a sus alumnos. “Vamos a empezar a tomar algunas decisiones al respecto”, afirma.
“Es un proyecto”, apunta, “que en este curso queremos ya que empiece a dar todos esos resultados y que tanto en los equipos directivos como el profesorado lo puedan ver hecho realidad”. Cabrera pone sobre la mesa que lo primero será elaborar un mapa de las tareas que los docentes consideren que se pueden reducir o eliminar para, a partir de ahí, introducir las mejoras. Un ejemplo de las actividades que están en el foco, más allá de la preparación de clases, “que es una cuestión muy personal de cada profesor y profesora”, es la de elaborar una programación didáctica en septiembre.
Jornada legal
Crespo, el presidente de ANPE, apunta además que la preparación de las clases, la elaboración de materiales para el alumnado y la corrección de pruebas y exámenes, entre otras tareas, implican una dedicación muy superior al horario que tienen asignado. “Es importante aclarar que estas horas extra no son remuneradas. Los docentes realizamos esas labores porque son necesarias, pero no cobramos por ellas más allá de lo estipulado en el horario”, exclama.
Llegados a este punto, la pregunta es: ¿cuál es la jornada establecida para los profesores en el Archipiélago? La Consejería de Educación ha facilitado a este periódico la información, donde queda reflejado que tanto en Primaria como Secundaria son 37 horas a las semana. En el caso de los institutos, el tiempo de permanencia en el centro son 29 horas —en los colegios es una más, hasta llegar a 30— con otras ocho previstas para preparar actividades docentes o realizar actividades de perfeccionamiento. En Primaria son siete horas y media las que se puede trabajar en casa sin problemas.
"Llegan agotados"
Gerardo Rodríguez, del sindicato STEC-IC, lamenta que las horas extra son “un problema para el profesorado”. “Tiene todos los días actividades, exámenes y ejercicios llevárselos a su casa y corregirlos. A veces el profesorado tiene su lugar de trabajo fuera de casa. Llegan agotados físicamente, las condiciones los superan muchas veces con un gran desgaste mental. Cuando hay evaluaciones salen temprano y llegan de noche”, apostilla.
Al respecto, el viceconsejero de Educación subraya que Canarias es una comunidad donde existen muchas comisiones y donde el profesorado, a través de los concursos de traslados, estatales y concursos de traslado a nivel autonómico se van acercando a su lugar de domicilio. “Está claro que esto dificulta más a los docentes en los primeros años. Luego, a medida que va surgiendo,al tener una amplia red de centros escolares, se van acercando a su lugar de domicilio”, relata.
Realizar informes
Volviendo a la carga burocrática de los profesores, Cabrera comenta que los maestros deben elaborar también algunos informes individualizados a solicitud de otros órganos o incluso de la propia dirección del centro. Los documentos pueden ser de los alumnos, como los que tiene que realizar sobre cada estudiante a final de curso. “Además de eso, también pueden necesitar informes de mejora de resultados o de mejora de de tareas cuando alguien repite el curso”, agrega.
Matiza que cuando se habla de eliminar burocracia no solo es que se reduzca en documentos o tareas que al final tienen que llevarse al papel, sino que incluyen los procesos de gestión de los centros sean óptimos y eficientes. “Me refiero sobre todo al trabajo de los equipos directivos sobre gestión de becas, de ayudas, de comedores y de transporte. Estamos primeramente haciendo un análisis”, incide el viceconsejero de Educación.
Menos atención directa
Este diario ha tenido acceso al documento del ‘Proyecto de Simplificación Administrativa’ de la Viceconsejería que lidera Cabrera. El texto revela que en el año 2017, a iniciativa del Consejo Escolar de Canarias, se llevó a cabo un estudio empírico sobre la percepción del profesorado (grupos de discusión) y de los equipos directivos con respecto a la simplificación de tareas y procedimientos de gestión docente en los centros educativos.
Una de las conclusiones extraídas es que el profesorado ocupa cada vez más tiempo en tareas de diseño de los procesos de enseñanza-aprendizaje y mucho menos en las tareas de atención directa al alumnado, lo que resulta desproporcionado y requiere su revisión.
Trabajo conjunto
“El número de actividades que los docentes señalan que es necesario simplificar (con un porcentaje mayor del 50%) son las relacionadas con el diseño de proyectos y planes del centro, que se concretan en diseñar o actualizar el Proyecto Educativo de Centro (PEC), diseñar o actualizar la Programación General Anual (PGA), diseñar o actualizar el Proyecto de Gestión del Centro (PGC), diseñar o actualizar la Propuesta de Concreción Curricular”, reza el informe.
En septiembre del año pasado, ANPE presentó una serie de argumentaciones en la misma línea donde, entre otras cosas, afirmaba que “existen demasiadas tareas inútiles, memorias que nadie lee y quejas del personal docente que no se atienden”. Tras ver el punto de vista de todas las partes, Educación elaboró el proyecto, que constará de cuatro fases a ejecutar entre 2024 y 2027: la primera es de difusión y recepción de propuestas; la siguiente de planificación; luego vendrá el análisis y desarrollo; mientras que por último se plantearán las conclusiones. En todo momento, irán de la mano de los directores y el Servicio de Inspección.