Quien diga que la inflación no le ha pasado factura miente. Si no que le pregunten al Gobierno de Canarias después de que haya aumentado el 7,21% el precio de los servicios sanitarios públicos. La última subida tuvo lugar hace siete años cuando la escalada fue tan solo del 1%, pero esta vez parece que no fue posible contener la ‘furia’ del ascenso de costes que ha pasado como una ola por toda Europa. Más allá de la comparativa, es llamativo ver el valor de algunas prestaciones como un trasplante de hígado, una operación de 36.540,15 euros –2.457,37 más que en la anterior actualización–.
El Servicio Canario de la Salud (SCS) lo establece así en una resolución publicada del Boletín Oficial de Canarias (BOC) este jueves para los centros que están bajo su control. Si algo resulta evidente es que la sanidad no es gratuita y se demuestra a la hora de desgranar lo que cuestan otras asistencias como puede ser una intervención para poner al paciente un riñón sano: 33.916 euros. Hay más ejemplos como un recambio de la válvula mitro-aórtica en el corazón por 14.246,50 euros.
La UCI
Las cuestiones más cotidianas como una estancia al día en planta o en la UCI tampoco es barata. El ingreso cotidiano tiene un valor de 717,89 euros, mientras que el de la Unidad de Cuidados Intensivos cuesta 2.697,25. La subida es de 50 y 100 euros respectivamente si se coteja con lo que se estableció en diciembre de 2016. La cosa no queda ahí porque permanecer en una UVI pediátrica supone a las arcas públicas 3.438,36 euros.
En la larga lista que se puede comprobar en el anexo aportado hay seis servicios que subirán algo menos de la mitad que el resto, el 3,03%. Tres tienen que ver con teleconsulta y son la primera cita telefónica de asistencia especializada –que se queda en 61,52 euros–, la sucesiva –establecida en 52,55 euros– y la de primaria –fijada en 21,98 euros–. Los demás están relacionados con la COVID-19: prueba PCR, el serológico y los anticuerpos manual.
Los partos
Para continuar con otros precios de la tabla publicada por el SCS, una hospitalización de día o sin estancia está tasada en 358,96 euros. Y si es a domicilio valdrá 251,26 euros. Hay dolencias que, aunque su tratamiento podría parecer menor desde el desconocimiento como son las varices que requieren de cirugía, tienen un precio que asciende a los 1.191,19 euros. Por otro lado, la primera consulta de cualquier persona ocasiona una inversión de 71,28 euros –las sucesivas 30,86–.
Uno de los momentos más especiales y únicos en la vida de una persona es el nacimiento de sus hijos. Lo más habitual es recurrir a la sanidad pública para dar a luz, un servicio que, aunque necesario, irremediablemente tiene un coste. Un parto normal –incluso por cesárea o de gemelos– asciende a 1.336,88 euros, la epidural 94,96 o la inducción 846,86 más. Si hay una amenaza de que sea prematuro el coste tendrá un añadido de 416,67 euros. La fecundación in vitro está valorada en 2.667,21. Sin olvidar que siete años antes esto era un 7% más barato.
Resonancias magnéticas
Es bastante habitual que haya que acudir a los centros hospitalarios para hacerse una resonancia magnética –431,05 euros–, una sesión de fisioterapia –36,56 euros– o a una consulta de enfermería –28,54 euros–. En el caso de las sesiones de quimioterapia oncológicas están valoradas en 569,81 euros. Luego, en el ámbito del sector cardiovascular, poner un marcapasos a un menor con complicaciones vale 23.161,44 euros. La colocación de un catéter 1.036,39.
El precio de una mamografía también podría despertar interés y su coste es de 140,99 euros o el de una exploración de mama: 22,43. Llama la atención, además, lo que cuesta una sesión de hemodiálisis (401,32 euros) –hay gente que llega a hacer hasta tres a la semana–. Si se habla de los análisis de sangre cada uno supone a las arcas públicas 72 céntimos. En relación al transporte sanitario, un helicóptero vale 7.007,53 euros y un avión de Canarias a la Península 23.653,51 –las ambulancias de soporte vital básico 132,42–.
Datos del INE
Sobre la subida de los costes, la entidad dirigida por Carlos Gustavo Díaz explica en el documento que, según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios al consumo (IPC) ha vivido un crecimiento del 19,1% desde la última actualización de precios públicos –desde diciembre de 2016 hasta el mismo mes de 2023–.
Si se tiene en cuenta los números aportados, la cuantía de los servicios sanitarios está creciendo 11,89 puntos porcentuales por debajo de lo que ha supuesto, en realidad, la inflación –en términos muy generales porque cada tipo de producto ha subido a un ritmo diferente, es decir, no podría ser comparable, por ejemplo, con la cesta de la compra–. Aún así, es curioso que esta vez el SCS se escude en los datos del IPC cuando en 2016 no lo hizo.