“Yo a veces pienso que predico en el desierto”, lamenta el profesor e investigador de Geografía de la Universidad de La Laguna, Pedro Dorta, quien también dirige la Cátedra Reducción del Riesgo de Desastres. Lo que empezó como una conversación para abordar la anomalía de un invierno sin frío, desemboca en el relato de la frustración de quienes están constantemente avisando sin ser escuchados. Canarias afronta un panorama en el que las temperaturas están en constante aumento, las olas de calor no se producen solo en verano y las sequías van a intensificarse, pero aún así, el experto denuncia que no se ponen sobre la mesa políticas para dejar de emitir gases de efecto invernadero.
-Pregunta: Estamos en pleno invierno y todavía no hemos tenido temperaturas invernales, ¿es una anomalía o una tendencia?
-Respuesta: Yo creo que el invierno lo hemos perdido. Estamos casi a finales de febrero y poco hay. Efectivamente los últimos meses han sido excepcionalmente cálidos, en muchos de ellos se han batido récords. Por ejemplo, el mes de octubre superó más de tres grados la temperatura media y con valores que nunca se han registrado desde que hay datos;y cuando se dice que no hay datos es nunca. Esto es excepcional en el sentido de que, efectivamente, estas temperaturas son extremadamente anómalas. Pero también es una tendencia. Probablemente el otoño del año que viene no sea tan cálido como este, pero evidentemente es una tendencia. Y con los años las temperaturas van a ser, sin ningún género de dudas, más cálidas, y tenemos que empezar a adaptarnos a esa situación.
-También estamos en época de lluvia, pero no llegan.
-Esto también es preocupante y todos los modelos de futuro indican que Canarias va a sufrir sequías cada vez más intensas y cada vez va a llover menos. Todos los modelos de investigación indican lo mismo, incluso el Grupo de Observación de la Tierra y la Atmósfera de la ULL ha hecho un estudio magnífico de esta cuestión que llega a la misma conclusión que los estudios globales: en esta región, y en gran parte de las regiones mediterráneas, la precipitación va a disminuir de cara al futuro y en algunos casos de forma muy importante. El que disminuya más o menos dependerá de nuestra capacidad de mitigación, cuantos más gases emitamos menos va a llover.
-¿Qué supondrá esto para las Islas? Porque en esa escasez de lluvia también se estima que cuando llueva, las lluvias serán más torrenciales
-Es una cuestión que se ha detectado en series relativamente cortas. Es posible que sea así, pero no hay una certidumbre tan clara como el descenso de la precipitación futura y del aumento muy importante de la temperatura. Sobre los efectos, es evidente la acusada menor disponibilidad de agua, para nosotros y para nuestros ecosistemas. Hay ecosistemas que ya se han visto seriamente afectados como la alta montaña de Tenerife. Es de esperar que si esto continúa, que todo indica que va a ser así, los ecosistemas de Canarias sufrirán las consecuencias de unas condiciones climáticas cada vez más secas.
-Esta semana se conocía la intención por parte del Cabildo de Tenerife de declarar la emergencia hídrica, ¿cree que debería declararse ya?
-Yo no sé exactamente en qué consiste la emergencia hídrica, no me siento capacitado para responder a esa pregunta. Pero el Cabildo de Tenerife también ha declarado la emergencia climática, el Gobierno de Canarias ha declarado la emergencia climática, la Universidad de La Laguna ha declarado la emergencia climática, pero yo no noto que estemos haciendo nada, seguimos exactamente igual pero queda muy bien que la declaremos. Si queremos realmente actuar contra el cambio climático debemos empezar a ser conscientes del enorme problema que tenemos encima y las instituciones públicas y la ciudadanía deberían ser conscientes de que tenemos que empezar a cambiar nuestra forma de vivir.
-¿Entonces cree que desde las instituciones no se está mandando ese mensaje?
-Cada vez estamos emitiendo a la atmósfera más gases de efecto invernadero, cada vez hay más coches en nuestras islas, cada vez hay más carreteras, cada vez los coches son más grandes, cada vez ocupan más espacio, cada vez llegan más turistas, vienen en avión, las emisiones del tráfico aéreo son absolutamente masivas, todo esto incrementa el efecto invernadero. No podemos actuar contra el cambio climático cuando estamos inyectando en la atmósfera más gases de efecto invernadero, es contraproducente. Entonces, está muy bien la emergencia hídrica, el Cabildo de Tenerife sabrá cuándo tiene que decretar y qué medidas, porque lógicamente tenemos un invierno extremadamente seco y, por tanto, habrá que tomar medidas. Pero también es cierto que yo, como ciudadano, no noto en absoluto ningún cambio en las emisiones de gases de efecto invernadero en Canarias, sino todo lo contrario.
-Se plantea para solucionar la emisión poner en marcha proyectos de mitigación de los gases. ¿Cree que esa es la solución?
A mi me consta que hay proyectos e instituciones que están trabajando. La Consejería de Transición Ecológica tiene al frente a una serie de técnicos que están trabajando, que hay un plan de acción climática. Pero creo que todo es muy lento. Habría que ver exactamente en qué consisten esos proyectos, cuánto se deja de emitir. La realidad es que las emisiones en Canarias deberían reducirse, de hecho la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica habla de ser neutros en emisiones de carbono en torno a 2040, yo creo que en estos momentos, tal y como estamos, sin hacer nada, es muy difícil llegar ahí. Esos proyectos, a escala reducida seguramente paliarán algo pero la inmensa mayoría de la ciudadanía canaria continúa viviendo como si nada ocurriera.
-Aparte de estar en época de lluvias también estamos en época de calima, de hecho se han dejado ver mucho más. Hay estudios que concluyen que los episodios no han aumentado pero sí que van a intensificarse. ¿A qué se debe?
-Hay estudios, pero todavía queda mucho por hacer. Así como las series de temperaturas empezaron en 1916 (en Canarias), la medición de calima en sensores específicos es muy reciente, tiene pocas décadas. En cualquier caso hay algunos estudios que indican una cierta intensificación pero muy recientemente. En cualquier cas,o es verdad que estamos viviendo un invierno con muchos días de calima, pero no debemos olvidar que el invierno es la época en la que llega la calima, por tanto no es tan anormal. Sobre qué puede incidir esto, hay cierta relación en el fenómeno El Niño y las emisiones de calima en Canarias, puede ser que la sequía que nos está afectando a nosotros también está afectando a nuestros vecinos africanos y, por tanto, hay mayor disponibilidad de polvo africano en el suelo. Todo eso puede estar incrementando especialmente estos últimos años la presencia de calima, pero hay que invertir en medir esto.
-¿De qué manera nos afecta El Niño?
-El Niño es un fenómeno cíclico, que ocurre cada entre tres y ocho años y que afecta a un área del planeta muy grande, que es todo el Pacífico, con lo cual es como un dominó del que cae la primera ficha y eso tiene repercusiones en todo el sistema climático. Hay una cierta relación entre niños intensos e inviernos con muchos días de calima.
-Sobre las altas temperaturas, en octubre hemos sufrido una ola de calor que obligó a cerrar los colegios. ¿Se pueden trasladar las olas de calor al otoño e invierno?
-No, no pueden, está ya ocurriendo. Hay una extensión clarísima del verano, está ocupando espacios de la primavera y del otoño. En el caso de octubre, si la memoria no me falla, creo que la temperatura fue de 3,6 grados, superior a la media, lo que es una auténtica burrada. Eso va a seguir ocurriendo, los otoños van a ser más cálidos, igual que la primavera, por tanto el verano va a ser más largo. Con el agravante que eso implica para otras cuestiones como los incendios forestales. La temporada se va a alargar y va a ocupar un espacio temporal mucho mayor cada vez más conforme pase el tiempo, conforme vaya aumentando la temperatura.
-¿Estamos preparados para atender a esa prolongación de la temporada de incendio?
-Depende, ¿preparados quién, los servicios de extinción?
-Sí, los servicios de emergencias.
-Los incendios forestales son un gran problema en el mundo mediterráneo, es decir, los lugares que tienen un clima caracterizado por la coincidencia de la estación seca con las altas temperaturas. Cada vez más se emplea más dinero en medios de extinción. Hace 20 o 25 años no podíamos pensar, como ocurrió en el incendio pasado de Tenerife, que pudieran estar volando simultáneamente 15 o 17 medios aéreos, cada vez hay más dinero en ese sentido. Sin embargo, los incendios cada vez son más grandes. Es evidente que la solución a los incendios no es emplear más dinero en la extinción, es un problema previo, de planificación. Los incendios se tienen que apagar en invierno, tenemos que evitar que haya incendios.
Hay incendios porque está aumentando la temperatura, está bajando la humedad y porque hay una serie de circunstancias climáticas que favorecen los incendios, pero también hay más incendios porque estamos abandonando la agricultura, porque estamos empezando a vivir en espacios de alto riesgo de incendio, porque cada vez hay más población, por tanto la presión demográfica sobre el territorio es mayor. Todo eso hace que los incendios sean un gran problema que no tiene que ver exclusivamente con la capacidad de extinción, sino con la planificación que se haga del territorio y por la actividad de la ciudadanía.
¿Hay preocupación en el ámbito científico por cómo se están viviendo los inviernos en Canarias?
A veces pienso que los únicos preocupados somos los científicos, porque yo siento que a veces predico en el desierto. Me consta que hay iniciativas, hay preocupación en estamentos políticos y técnicos de los organismos encargados en este tipo de cuestiones, pero yo siento cierta frustración como científico, igual que muchos compañeros, porque da la sensación que somos los únicos que nos damos cuenta de la enorme gravedad del problema al que nos enfrentamos. La mayoría de la población es inconsciente. En el momento en el que ves que hay gente que compra un coche de 400 caballos y de cinco metros y medio, entiendes que la población no se entera de nada, igual que cuando ves que compran fruta fuera de temporada o se alimenta de cosas que son insostenibles. Todo eso es el problema y nos sentimos frustrados porque creemos que no llegamos a la población. A mi me han hecho muchas entrevistas como esta y siempre repito lo mismo, entonces ya me siento frustrado.
¿Usted entiende a las personas que no creen en el cambio climático?
No creo que sea una cuestión de entender o no entender. Hay mucha gente que piensa que la Tierra es plana, son ignorantes, básicamente. Ahora hay menos gente que cree que la Tierra es plana porque no hay intereses detrás de eso. Sin embargo, hay muchísimo interés en que la gente siga viviendo como está y, por tanto, evitar el tema del calentamiento. Como hay muchos intereses eso genera intereses políticos, y eso a su vez, genera opinión y esa opinión infundada e ignorante crece. No hay ningún aspecto en ningún campo científico donde el nivel de consenso sea tan alto como el tema del cambio climático.