Si buscas un lugar para desconectar este invierno, en Canarias existe un refugio perfecto donde la naturaleza, el confort y la sostenibilidad se unen. Ubicado frente al Atlántico y rodeado por paisajes volcánicos, este enclave combina tranquilidad, elegancia y una propuesta culinaria que refleja la esencia de la isla.
Un rincón entre montañas
Este alojamiento se encuentra enclavado entre una montaña volcánica y el océano, con vistas impresionantes y una playa de arena negra que invita al relax.
Las habitaciones ofrecen una conexión única con la naturaleza, donde el sonido de las olas y el horizonte azul son los principales protagonistas. La piscina del lugar, situada a escasos metros del mar, completa esta experiencia de desconexión total.
Explora la magia submarina
El entorno es un paraíso para los amantes del buceo, con decenas de puntos de inmersión para descubrir la riqueza submarina de la isla.
Además, los paisajes terrestres no se quedan atrás. Destaca el emblemático El Sabinar, con sus sabinas moldeadas por los vientos alisios, que crean un ambiente mágico y único en el mundo.
Sostenibilidad y compromiso
Este lugar comparte el firme compromiso de la isla con la sostenibilidad. Es un ejemplo destacado de cómo convivir en armonía con la naturaleza, siendo la primera isla del mundo en autoabastecerse con energías renovables, algo que añade un valor especial a tu experiencia.
Sabores de la tradición
La oferta gastronómica refleja la autenticidad de la cocina local, con platos que destacan por su sabor y tradición. Desde pescados frescos hasta las clásicas papas arrugadas con mojo, pasando por el irresistible queso herreño y la quesadilla herreña, este lugar es un festín para los sentidos.
Este destino no solo es un remanso de paz, sino que también destaca por su accesibilidad. Una habitación doble estándar puede reservarse desde 88 euros por noche, mientras que la doble superior está disponible a partir de 106 euros. Una experiencia inolvidable que combina lujo, sostenibilidad y precios competitivos.