Alcanzar el sueño de ser policía, Guardia Civil o cualquier otro cuerpo de seguridad requiere de vocación de ayuda al ciudadano. Sin embargo, la escasez de plazas públicas con respecto a los candidatos provoca que muchos vayan perdiendo ese sueño por el camino, oposición tras oposición, principalmente en la parte teórica, primordial en los procesos selectivos.
En este contexto se encuentra Jesús Echedey, cuya experiencia en voluntariados civiles de calado ha querido llevarla a un puesto oficial en algún cuerpo de seguridad, pero que, una y otra vez, se choca con la vara que mide las pruebas.
Experiencia
Jesús ha colaborado con Protección Civil y con la AEA, y participado solo en el último lustro en el gran incendio de Gran Canaria, en el de Tenerife de 2019, realizando tareas de búsqueda de animales en la zona de exclusión durante la erupción del volcán en La Palma e, incluso, se ‘coló’ en Ucrania en los primeros meses del conflicto bélico que aun perdura para rescatar a familias y llevarlas a la frontera para sacarlas del país en guerra.
Por ello, antes de perder la esperanza y “como último baile” para intentarlo, reclama que dicho historial se pueda tener en cuenta en futuros procesos. “Me gustaría que se supiera lo que han hecho opositores, preparados físicamente y que de teoría sabe muchísimo y que están en cuerpos competentes de seguridad gratuita, como Protección Civil o AEA”.
De esta manera, señala que hay opositores que entran porque finalmente son objetivos que se consiguen, pero que también los hay preparados por su historia. “Ciertas personas me dejaron entrar a los grandes incendios de Gran Canaria porque saben que estoy preparado, pero no tengo un tip para poder asistir como policía o como bombero”.
Formación
Jesús recuerda que, además de su historial de ayuda civil, también ha realizado -y sigue realizando- másteres y cursos de formación relacionados con la seguridad, por lo que considera que, como también ocurre a otras personas, están más preparadas para ejercer en los cuerpos que, quizá, otros que sí han accedido a la plaza porque superaron el corte teórico.
“En el volcán de La Palma pude prestar los servicios a la ciudadanía y, lógicamente, todo es psicológico, porque finalmente ves gente que ha perdido su casa. Haces servicio de noche yendo al volcán a varios kilómetros. Todo eso lo hacen cuerpos preparados, como una policía local, una Policía Nacional, bomberos, la UME... Yo soy un simple civil, que tengo mis herramientas, que voy como un policía, pero de voluntariado”, argumento.
En este sentido, valora que hay gente que está preparada “y posiblemente más que un policía” y la razón “de reivindicar a esas clases de personas que están estudiando. “He estado en terremotos, me metí a Ucrania yo solo a ayudar, los dos volcanes... Y finalmente hay gente que vale, pero se agota porque no tiene la oportunidad de entrar a los cuerpos”, añade.
No es regalar
Jesús puntualiza que para nada habla “de que te regalen entrar”, sino que cree que su perfil de candidato debería tener condecoraciones de cada cosa que hacen y diera puntos en el proceso selectivo. “Podemos obtener puntos para poder entrar antes que otra persona que no está cualificada como voluntario y que tú personalmente sí, estando en lugares donde, a lo mejor, bomberos o un policía no ha llegado.
Tal es así, que recuerda que, en La Gomera, estando como Protección Civil, iba a detener gente con un policía local en la isla por la falta de efectivos que había. “Detenía porque sabía las nociones. Realmente estás trabajando competentemente con competencias como la Guardia Civil o la Policía Local mano a mano y al final te sientes como uno de ellos. Es saber estar y cómo estar en ese momento”, expresa.
Motivación
Con todo, reitera que no habla que se regale plazas, para nada. “Esas personas valen. La cuestión es que uno vale para esto, se ve. Yo me he gastado más de 6.000 euros en conferencias de arrestos y formaciones para policías, cursos, talleres o simulacros para poder estar preparado ante cualquier situación. Veteranos de la policía me motivan para que lo sea”.
A pesar de todo, Jesús se ha presentado cuatro veces a puestos de policía local, dos a la Policía Nacional, cuatro a la Guardia Civil y en 2023 quiso presentarse en la cuarta promoción de la Policía de Canarias, pero sufrió una grave enfermedad por la que llegó a estar en riesgo de muerte. “Ya uno está un poco cansado, por eso siempre he querido actuar para ayudar en cuerpos de Seguridad Pública, a protección del civil a AEA para poder ayudar un poquito más allá de fuerzas vivas, para cooperar con distintivos de la policía. Siempre haciendo servicios y abarcando aprender para las oposiciones y, por eso, me presentó muchas veces. Para mí ya es el último baile. Ya he perdido la fe en que pueda aprobar, pero no la esperanza”, argumenta.
La prueba teórica
Sin embargo, para que pueda tener un valor extra la experiencia pasada, ese valor debe perderse por otro lado, por lo que habría que mirar los exámenes teóricos y físicos habituales de las oposiciones a cuerpos de seguridad.
Así, Jesús cree que la parte teórica “es abusiva” en su cantidad. “He preguntado a varios policías de diferentes cuerpos y me han dicho que utilizan el 25% de lo aprendido. “Encima tienes que sacar un corte alto, porque la gente se prepara bastante bien y las academias se aprovechan de todo eso”.
En esta línea, asegura que en los 6 años que lleva opositando, cada escuela cuesta unos 120 euros cada mes. “Después de seis años he invertido casi 9.000 euros en optar a una oposición y, al final, no llegas a nada”, se resigna.
“Yo creo que en todas la entidades como médico, como agentes para prestar servicios a correos, etc, dan demasiada información para lo poco que después vas a utilizar. Hay veces que dentro de una oposición tienen que poner un poco más de lo que es la física, porque finalmente tu vida se basa en perseguir a delincuentes o hacer servicio físico”, expone.
De esta manera, explica Jesús que ahora el 60% de la nota es la teoría, el 20% psicotécnico y el 20% física. “Yo creo que tienen que englobar un 50/50, porque finalmente la física es importante. Un estudio dice que el 60% de las personas caen en la teoría y el otro 40% en la física”
En este sentido, aboga que si apruebas la teoría -pero no consigues plaza- en la siguiente convocatoria deberían de darte apto a la parte de la teoría. “Si quieres presentarte otra vez y que te suban la nota de corte, me parece bien, pero si ya tienes la teoría, la siguiente sacas solo la física. Estamos hablando de que son 46 temas y mucha psicología. Yo veo que es muy excesivo los temas que te dan. Va mucha información”.
La prueba física
También reflexiona Jesús sobre mejoras en la prueba física, ya que considera de que hay desigualdad de entrada. “Las pruebas físicas para mujeres y hombres son totalmente diferentes y desde un punto de vista razonable debería ser igual, porque no todo el mundo salta los 2.20 en la parte de hombres y tampoco veo que una mujer corra menos kilómetros con nosotros. Debería ser pruebas iguales, pero con la edad se ponen 'X' kilómetros y más tiempo”, apunta.
Por otro lado, y especificando al salto mencionado, desarrolla que hay personas que miden 1.80 que hacen demasiado salto y personas como él, de piernas más cortas, no llega. “Me hacen gastar dinero con un profesor físico para llegar al mínimo salto y no fallar en la prueba. Son 2.20 y si en los dos saltos no los hago… Ya me he gastado en un entrenador privado casi unos 1.500 euros para hacer el salto y las dominadas”, comparte.
Los gastos
Asimismo, a los costes anteriormente mencionado de entrenamiento físico, másteres y formación, Jesús añade que, para según qué proceso, debes costearte el carnet de moto y las propias academias. “Para sacarse el carnet de moto te puedes gastar en una oposición, si me pones a sumar todo lo mío durante dos años, con carne de moto voy por 1.600 y suma y sigue. Si estas 3 años opositando multiplicas cada mes de la academia, que dos años son casi 3.000. La academia de psicopol, que es para ser los psicotécnico, unos 300 más, el carnet de moto unos 1.500 para alguien rápido…”, enumera.
No obstante, reconoce que él sí puede costeárselo “Por suerte, tengo unos ingresos que puedo vivir con eso, pero sigo luchando porque yo quiero ejercer y cada mes hago unos 15 servicios de ayudar a la gente. Siempre hay que ayudar al prójimo. Es superbonito cuando te dicen si quieres lo consigues, pero cuando hay muchas piedras en el camino es duro y te cuestionas si seguir adelante o no”.
Con todo, indica que una persona que esté dos años opositando con ganas para sacarse la plaza y que pueba aprobar, puede gastarse unos 6.000 euros. “Pero un opositor que cada año suspende tiene que seguir sumando. Son héroes sin capa, pero aun así siguen haciendo las cosas por la gente, pero bueno, este es el sueño de cada persona”, finaliza.