Dos menores tutelados desparecen de un centro del Puerto de la Cruz, en Tenerife. Una cuidadora del centro teme que hayan podido huir a la Península. Tiene constancia de que personas ajenas a la ONG en la que trabaja están tentando a los chicos con una oferta que pocos podrán rechazar: dar el salto a la Península, puerta de entrada al resto de Europa. Sería para estos menores, que abandonaron su Marruecos natal, el sueño cumplido que llevan años persiguiendo y que comenzó en un dramático viaje en patera desde el norte de África.
Con el paso de las semanas más menores empiezan a desaparecer de otros centros de Gran Canaria y Tenerife. Su rastro reaparece en ciudades peninsulares como Málaga o Valencia. Un dato importante: están viajando con documentación que no es la suya. Pero la trabajadora ya había denunciado los hechos ante la Policía Nacional que los investiga. Las detenciones, después de mucho trabajo, no tardan en llegar.
El Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna dictaminó esta semana el ingreso en prisión de dos personas como presuntos líderes de una red que traficaba con menores migrantes no acompañados. A cambio de una cantidad de dinero convenida, la red facilitaba documentación falsa a los menores para que pudieran viajar a la Península desde Canarias.
Otros siete presuntos integrantes de la organización quedaron en libertad provisional con la obligación de comparecer en los juzgados cada 15 días. Están investigados por "delitos contra los derechos de los extranjeros con ánimo de lucro en el seno de una organización criminal y falsedad documental", según el auto de prisión.
Operación Akron
La estructura de esta presunta organización criminal era muy compleja. Durante meses, los investigadores han tenido que escuchar y perseguir pacientemente a las personas que buscaban lucrarse, aprovechándose de unos menores y sus familias que solo buscaban un futuro mejor.
La investigación comenzó el 26 de enero de 2022 con el nombre de operación Akron. Una trabajadora de una ONG, que desarrollaba su actividad en un centro de menores en el Puerto de la Cruz, denunció ante la Unidad contra las Redes de Inmigración Ilegal (UCRIF) que presuntemente había personas que contactaban con internos para ofrecerles fugarse.
"Se recibe llamada (...) poniendo en conocimiento el hecho de que personas ajenas a su asociación podrían estar tratando de convencer a los menores internos en la misma, para facilitarles la documentación necesaria de su país de origen y a ayudarles a salir de la isla, y viajar a la península a cambio de dinero”, explica el auto.
El 8 de febrero desaparecieron dos menores del centro y se recibió una denuncia: “Posteriormente se tiene conocimiento de que los dos menores ingresan en el centro de menores Los Pinos en Valencia, manifestando ambos menores que habían volado desde Tenerife hasta Málaga".
Captadores y pasadores
Para que esos dos menores pudieran llegar hasta Málaga y después a Valencia, alguien tuvo que haberles ofrecido el viaje. Esa era la misión de los captadores y presuntos líderes de la organización. Dos personas eran las encargadas de convencer a los menores para realizar el viaje y también de cobrarlo. La Policía Nacional calcula que recibían unos 1.000 euros por un viaje. También eran los pasadores. Los menores siempre iban acompañados de alguno de ellos durante los vuelos.
Este dato quedó confirmado cuando el 23 de abril la inspectora jefa del grupo que investigaba la operación, que estaba fuera de servicio, se encontró con el principal encausado en el aeropuerto de Fuerteventura. “Cuando se encontraba realizando el embarque de su vuelo en la puerta A16, observó al principal investigado acompañado de un menor en la zona de las puertas de embarque a las 20.20 horas de la tarde”, cita el auto.
Las dos personas iban a coger un vuelo con origen en Fuerteventura y destino Valencia. Inmediatamente la inspectora se puso en contacto con sus compañeros en la Península para que estuvieran prevenidos. Se da la circunstancia de que en este caso, la empleada de la compañía aérea se dio cuenta en la puerta de embarque de que los pasaportes no coincidían con las personas que intentaban viajar y no les dejó embarcar en el avión.
Facilitadores de pasaportes
Una vez que los menores habían sido captados y satisfecho el dinero que les pedían los líderes de esta presunta red de tráfico de menores no acompañados, tocaba conseguirles documentación en regla de sus países de origen. La Policía Nacional ha averiguado que la misma documentación con que iban a viajar los menores era utilizada en diversos vuelos con destino a la Península y con origen en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife.
De hecho, en el auto se especifica un encuentro en una gasolinera de Murcia para hacerle entrega a uno de los facilitadores de dos pasaportes necesarios para “dos chicos que están intentando traer”.
Los destinos
Los destinos elegidos por los presuntos traficantes para llevar a los menores eran Alicante, Málaga, Valencia y Barcelona. El 6 de marzo, dos menores también desaparecieron del centro de Puerto de la Cruz y fueron localizados al día siguiente en el aeropuerto de Tenerife Norte cuando pretendían volar a Málaga. Llevaban pasaportes y tarjetas de embarque a nombre de otras personas.
Las fugas de menores continuaron. El 24 de marzo, otro joven fue interceptado, también en Tenerife Norte, cuando iba a embarcar hacia Barcelona con documentación que no era suya. El 23 de abril, otro de los menores viajó desde Gran Canaria a Alicante. En el aeropuerto le esperaba un familiar .“El avión llega a Alicante sobre las 16:30 horas. A las 17:15 ya se encuentran los tres en el coche (el menor, el familiar y el pasador)”, explica el auto de prisión.
Los perfiles de las víctimas eran muy parecidos. Todos varones y menores migrantes. Los chicos se encontraban en centros tutelados de Gran Canaria y Tenerife. Jóvenes que se encontraban en una situación de vulnerabilidad y que eran capaces de iniciar una aventura con un final incierto por culpa de la avaricia de los traficantes.