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Sociedad

Los 8 faros que son de visita obligada en Canarias

Con la mirada puesta siempre en el mar, los faros ponen el límite a las islas entre las rocas volcánicas, haciendo de guardianes de las costas

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Faro de la Entallada, en Fuerteventura, uno de los faros de visita obligada en Canarias. / IMAGEN DE LA RED

Con la mirada puesta siempre en el mar, los faros ponen el límite a las islas entre las rocas volcánicas, haciendo de guardianes de las costas. Los avances en navegación han hecho que los faros sirvan prácticamente como mera espigada decoración repartida en los extremos de las Islas, que protagonizan imágenes llenas de romanticismo. 

En Canarias existen numerosos faros que sirven de guía a los marineros, aunque al menos ocho son dignos de ser vistos desde tierra. 

La Farola del Mar

Dice la canción que “esta noche no alumbra, la Farola del Mar”, referida al faro que comenzó a trabajar en Santa Cruz de Tenerife en 1863 y dio su último destello 101 años después, cuando el desarrollo del puerto capitalino hizo inútil su destello. 

Esta instalación fue el segundo faro en entrar en funcionamiento en Canarias y junto con la farola de Málaga, son las dos únicas señales luminosas de España con nombre femenino. Por eso, pese a que no alumbre y no se alce con una gran altura es una visita indispensable para quienes pasean por la capital tinerfeña. 

El faro de Punta de Hidalgo

Entre el batir constante de las olas que dibuja un paisaje blanco en la costa de La Punta de Hidalgo, se alza un faro igualmente blanco. Su estilo moderno corresponde a su fecha de construcción, entre 1992 y 1996, año este en el que dio su primer destello. Una importante estructura de valor estético que se alza 50 metros de altura, con 246 escalones. 

Se trata de un faro lleno de personalidad, ideado por el arquitecto Ramiro Rodríguez-Borlado. Su estructura hecha por prismas de hormigón armado blanco de distintos tamaños, supuso una gran innovación en construcciones de este tipo y de cara al visitante, pretende emular una macla (agrupación simétrica de cristales idénticos) de cristales surgida del interior de la tierra a través de las lavas volcánica.

Verlo es pasear por la costa volcánica de la Punta de Hidalgo, acompañado de los pequeños charcos que se forman a sus pies y con los acantilados de Anaga como un paisaje trasero imponente, con un marrón y verde de las montañas que conjuga a la perfección con el azul y el blanco del mar. 

Faro de San Cristóbal 

Es el único faro de La Gomera, ubicado a cuatro kilómetros del puerto de San Sebastián de La Gomera. Fue construido en 1903 y reformado en 1978 tras ser afectado por un temporal, cuando se alzó la pequeña torre, anexa a la antigua, de 15 metros que está en funcionamiento, actualmente. La construcción se basa en un estilo de cantería con carpintería tradicional propia de la época.

A las faldas de un pequeño acantilado, junto a la torre, está construida la casa del farero. Esta instalación es de color blanco con detalles de mampostería, tiene una sola planta de forma rectangular con todo lo necesario para vivir. 

Faro de Fuencaliente

Si visitas este último faro y también el faro de Fuencaliente, podrás ver que guardan cierta similitud, y es que el faro gomero está inspirado en el palmero. Eso sí, con una diferencia de altura importante. El de Fuencaliente se alza con 24,15 metros de altura, dibujados con dos franjas rojas y dos blancas y está situado al sur de la isla de La Palma, isla que tiene un faro por punto cardinal. 

Este faro tiene grandes motivos para ser visitado. En primer lugar, por la curiosa historia de que este faro sobrevivió a la erupción volcánica de Teneguía en 1971, cuya lava se quedó a una distancia de 200 metros del faro, paisaje que se puede apreciar. Merece la pena visitarlo también porque, según indica el Gobierno de Canarias, como la suya, solo quedan cuatro cúpulas similares en el mundo. Además, también podrás visitar las salinas cercanas al faro.  

El faro de Fuencaliente está compuesto por dos edificios, uno fue construido en 1882 y el otro en 1898, aunque comenzó a funcionar en 1903. A lo largo del último siglo las infraestructuras han sido reformadas, aunque ya no emiten luz. Actualmente el inmueble acoge el Centro de Interpretación de la Reserva Marina de la isla de La Palma. 

 

Faro de Maspalomas

Al final de la playa de Maspalomas, entre la arena amarilla y los hoteles se alza uno de los faros más destacados de Canarias, el faro de Maspalomas. Su construcción comenzó en 1884, a través de un estilo moderno, que alzó la estructura de 60 metros y un diámetro de 6,2 metros. Lleva más de un siglo de trabajo ininterrumpido. 

Desde 2005 esta instalación está considerada como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento Histórico. Desde el año 2007 parte de las dependencias del faro se destinan a usos culturales puntuales y está previsto ubicar en ellas un pequeño centro cultural de carácter permanente.

Faro de Punta Sardina

También en Gran Canaria merece la pena acercarse al faro Punta de Sardina, en el municipio de Gáldar. Aunque no se trata más que de una torre cilíndrica de franjas blancas y rojas, su simbiosis con el paisaje de arena marrón y el azul del mar lo convierte en un punto perfecto para los amantes de los faros. 

La infraestructura fue concebida por el ingeniero José Casado y Rojas, cuyo proyecto original de construcción data del 20 de julio de 1888, aunque fue posteriormente modificado por Eugenio Suárez Galván. En 1890 culminaron sus obras y su puesta en marcha se produjo en 1891.

Faro de la Entallada

En Fuerteventura probablemente sea una de las infraestructuras imprescindibles en tu visita en la Isla. El faro de la Entallada guarda tanto encanto que es imposible no enamorar a sus visitantes. También llamado faro de Punta Lantailla, este edificio está situado en el municipio de Tuineje, en el punto más cercano al territorio continental africano. 

Esta construcción, con forma de “u” , fue uno de los últimos faros de España construido bajo el concepto de poder ser habitado en algún momento. Está formado por tres torres cuadrangulares, de las que destaca la central, que posee una cúpula acristalada y se levanta sobre 11 metros. La obra es de sillería roja en molduras, zócalos y arcos, y actualmente cumple la función de ser un museo dedicado a señalizaciones marítimas. 

Faro de Pechiguera

Dos torres vigilan el estrecho que separa Lanzarote y Fuerteventura, una de 50 metros hace pequeña a la otra, de 9,5, pero juntas son una fotografía perfecta en la costa conejera. Se trata del faro de Pechiguera, formado por dos construcciones. La más antigua data de 1866 y estuvo en funcionamiento durante 120 años, y actualmente se encuentra en estado de abandono. 

En 1986 se constituyó la segunda infraestructura, con un enfoque más moderno, que alza al lado de la primera una gran torre blanca.

 

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