La crianza y con ello la educación de un niño o niña es una de las mayores preocupaciones de una familia. Todas desean que su pequeño salga adelante y aprenda a vivir su vida. Para ello, hay situaciones en las que hace falta un apoyo extra y es el caso de Yurena Ruano y su hijo Izán, de nueve años, con autismo. Al igual que otras familias, Yurena depende del apoyo de las ayudas y subvenciones de las instituciones para contribuir al desarrollo de su pequeño; sin embargo, está encontrándose con múltiples obstáculos en la carrera de fondo que es la crianza de su niño.
Yurena fue una de las personas que se vio afectada por el impago al Grupo Icot por parte del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria quedándose sin logopeda. Este año Izán se ha quedado sin otro servicio más: un auxiliar en el aula del colegio. La pérdida de este apoyo supone una dificultad para el desarrollo escolar del pequeño. La razón que le han dado a la madre desde el centro y la inspección es que su hijo no requiere de tal atención a pesar de ser dependiente y tener un 36% de discapacidad porque “no es problemático”.
La falta de apoyos
Ya el año pasado Yurena tuvo que afrontar “un esfuerzo económico grande” para contribuir al desarrollo de su hijo Izán. Con la pérdida del logopeda subvencionado a través de los centros Icot por impago de las administraciones públicas, esta madre tuvo que asumir pagar a un profesional privado por su cuenta.
Este año, la situación no ha mejorado. Según Yurena, en septiembre le asignaron un auxiliar a su hijo, pero pocos días después recibió una llamada del colegio con noticias devastadoras: el informe de Izán no justificaba la necesidad de un auxiliar, argumentando que la administración había decidido "filtrar" los apoyos por razones presupuestarias. "Me dijeron que el año pasado se gastaron mucho dinero en la atención de estos niños y ahora van a filtrar," añade.
Filtrar los casos
Al intentar contactar de manera directa con la inspectora educativa para obtener respuestas, la contestación que recibió fue devastadora. Entre disculpas, le indicaron que Izán “no tiene las características necesarias para tener un auxiliar”, ya que “no es agresivo o pega” y “se les dará a los que más problemas tienen”.
La madre se siente desamparada ante esta decisión. "Mi hijo está en una clase ordinaria y requiere de un apoyo especial. No atiende de la manera que tiene que atender y se pierde aún más," denuncia. Yurena apunta que el sistema que debería garantizar la inclusión de niños con necesidades especiales está fallando gravemente. "Tengo un niño dependiente que la ley dice que tiene derecho a ayuda, pero ahora dicen que no la necesita tanto", lamenta.
Ayudas
Yurena recalca que no está pidiendo nada fuera de lo establecido, sino el apoyo que su hijo necesita para desarrollarse de forma adecuada. Explica que el pequeño tiene problemas verbales, lo que afecta a su capacidad de comunicación y su inclusión en el entorno escolar. "Izán es un niño que no tiene diálogo. Si le pasa algo, como que alguien le pegue, no te lo va a contar. Necesita una persona a su lado que le ayude a interactuar, jugar, desenvolverse en el colegio y aprender."
Ante la desesperación y bregando por su hijo, Yurena también ha enviado un correo a la Consejería de Educación para saber por qué se ha dado esta situación y si pueden solventarla.
Además de la falta de apoyo dentro del centro escolar, Yurena también se enfrenta al reto de conseguir becas y ayudas externas para costear los servicios que su hijo necesita, como el apoyo psicopedagógico. "Todos los años tenemos que entregar el mismo papeleo y esperar a ver si nos becan o no. Si no, yo no puedo pagar los 400 euros al mes que cuesta el psicopedagogo," comenta angustiada.
Un peso más
La madre concluye su denuncia señalando que, aunque comprende que hay niños y niñas con necesidades más urgentes, no entiende por qué se les quita el apoyo a aquellos que, con un poco de ayuda, podrían integrarse en la sociedad y progresar. "Nos estamos quedando sin rumbo. Un niño dependiente ya es un peso enorme para las familias, y si encima las instituciones no nos apoyan, ¿a dónde vamos?".
Todo esta situación supone un peso extra para su salud mental, preocupaciones que atraviesan las madres y padres que, como ella, luchan día a día por sacar adelante a sus hijos en un sistema que parece ignorar sus necesidades, expresa, añadiendo que "hay una ley que debería ayudarnos, pero en lugar de sacarnos adelante, nos hunden más en el hoyo".