Cada territorio esconde un legado histórico difícil de eludir. En el caso de Canarias el legado de los aborígenes está presente en la cultura, en los asentamientos y en el trabajo de los investigadores que se propusieron estudiar todo sobre la conquista de los Castellanos.
Fruto de esos estudios se conoce lo que tuvieron que pasar los aborígenes para luchar por lo que era su tierra. Las islas estaban habitadas por una población —posiblemente— de origen norteafricano, vestían con pieles, trabajaban el barro y las lanzas tenían como punta afilada la propia piedra volcánica. Cuando los conquitadores españoles llegaron a Tenerife —la última en caer— ya habían arrasado y conquistado el resto. En ese momento la isla estaba dividida en nueve reinos que se denominaban menceyatos con su respectivo mencey al frente. La conquista se inició en 1402 con las incursiones de Jean de Bethencourt y Gadifier de la Salle en nombre de Enrique III en Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro. Entre los guerreros que se entregó por su tierra hay uno al que se le conoce por su valentía y coraje, sigue leyendo para conocer su historia.
Así es el nombre que solo está en Canarias
Tinguaro es un nombre originario de Tenerife. Algunos cronistas e historiadores conocen así al que era hermano de Bencomo de Taoro, un personaje muy importante porque lideró la resistencia guanche frente a los conquistadores liderados por Alonso Fernández de Lugo.
Actualmente solo hay 61 hombres de una media de 35,7 años que se llamen Tinguaro en Canarias. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 0,06% está en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y el 0,05% en la provincia de Las Palmas. A pesar de ser un nombre precioso en cuanto a su sonoridad —e historia—, en el resto de España parece que no quieren usarlo, pues no hay registro de que exista en el resto del territorio nacional.
La historia de Tinguaro
De Tinguaro se escribieron muchas cosas, algunas parecen más una leyenda que la realidad —aunque eso ahora es difícil de corroborar— pero lo que sí se sabe es que tuvo un papel decisivo en la primera batalla de Acentejo y en general, en todas las batallas y enfrentamientos hasta el día de su muerte.
Su valentía no podía ser eterna y en una de las batallas lo apresaron, fue trasladado al Real castellano con Fernández de Lugo quien ordenó que le cortaran la cabeza. Si ya la historia se torna dura lo peor para su familia vino después. Clavaron su cabeza en una pica y la llevaron hasta donde se encontraban los aborígenes, allí sus amigos y familiares la recogieron y la honraron en un tradicional funeral.
La conquista de Canarias
En julio de 1496, la resistencia aborigen había cedido y solo dos meses después, en septiembre, se dio por finalizada la conquista, quedando el Archipiélago incorporado a la Corona de Castilla.
La esclavitud era una práctica normalizada en la época de la conquista y lo peor es que no solo los conquistadores tenían esclavos, sino que indígenas y colonos también podían tenerlos si eran cristianos. El hecho de estar catequizados o en vías de serlo, para muchos aborígenes significó estar exento de ser un esclavo para otros, por lo que muchos de ellos se vieron obligados a hacerlo.