Por más vueltas que le dan los padres y madres, elegir un nombre siempre es un quebradero de cabeza. En Canarias los más usados para niñas en los últimos años son Sofía, Martina, Valentina, Valeria, Lucía, Alma, Chloe, Emma, Alba y Daniela. Más allá de modas y tendencias, quienes esperan el nacimiento de una niña suelen buscar alternativas más originales y de bella sonoridad.
Con sus rasgos fonéticos propios, el habla de Canarias propone sonoridades diferentes respecto al español peninsular, de tal manera que algunos nombres propios se transforman por el seseo o la aspiración de la 'j'. La pronunciación de un nombre como Jorge es bastante distinta en boca de un canario o de un peninsular. Asimismo, los nombres canarios adquieren otro cariz en boca de un peninsular. Piensen en Ayoze, por ejemplo.
Como ya han advertido muchos canarios -entre ellos el eterno Manolo Vieira - uno de los rasgos que más llama la atención de los peninsulares es la pronunciación de la 'ch' en las Islas. Pero precisamente esta adaptación que suaviza sonidos de letras como la 'ch', la 'z' o la 'j' es la característica por la que la pronunciación canaria resulta más adaptable a fonemas de otros idiomas, como el francés.
Michelle, una adaptación francesa
Aunque distintos nombres como Miguel, Micaela o Michael comparten una raíz hebrea común, la forma 'Michelle' es una adaptación originaria del francés, tanto en escritura como en fonética. En parte gracias a su sonoridad, en los últimos años este nombre se ha popularizado en en el archipiélago y, aunque sigue siendo un nombre minoritario a nivel nacional, en Canarias está mucho más extendido que en el resto del país.
Así, en este nombre se usa el triple (0,351 ‰) en Canarias que en el conjunto de España (0,136 ‰), según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que convierte a nuestras dos provincias en los lugares del país donde, porcentualmente, el nombre tiene mayor presencia.
Es más, en números absolutos, en el archipiélago viven 393 de las 3.345 mujeres que portan este nombre en todo el país de manera que, si exceptuamos las dos ciudades más pobladas - Madrid (526) y Barcelona (568) -, Canarias es el lugar donde hay más Michelles de España.
El legado francés
A pesar de que en Canarias los nombres franceses son poco comunes, la huella del país galo está bastante presente en algunos de los apellidos más comunes, bien por razones comerciales, políticas o de otra índole, como es el caso de Bethencourt, Baudet, Beautell Bonnet, Febles, Fernaud, Frigolet, Gopar, Grimón, Guigou, La Roche, Maffiotte, Maillard, Marichal, Martinón, Massieu, Melián, Perdomo, Porlier o Rieu, entre otros.
De la misma manera, diversos topónimos repartidods entre todas las islas, como Betancuria en Fuerteventura; Playa Francesa, Las Betancoras, Islote de Betancores o Maciot en Lanzarote; Islote del Francés en La Graciosa; Barranco de los Franceses y Costa de Franceses en La Palma;, El Risco del Francés, La Cruz del Francés, o El Roque de Francés en La Gomera, nos recuerdan este legado de una cultura que, aunque actualmente parezca ajena a Canarias, durante siglos estuvo mucho más cerca de nuestras islas.