Todos los nombres de origen canario tienen significado —algunos más profundos y bonitos que otros— y su popularidad en las Islas se basa, en la mayoría de veces, en la historia que esconde cada uno de ellos.
Aunque en general las familias de los bebés nacidos en Canarias prefieren nombres de otras procedencias, como Sofía o Martina que son los más frecuentes según el Instituto Nacional de Estadística, en el archipiélago destaca Dácil, con una sonoridad que lo convierte en el nombre canario más bonito.
La historia de Dácil
Dácil o Dacila era una aborigen guanche hija de Bencomo, el mencey de Tenerife durante la conquista de Canarias en el siglo XV.
Algunos investigadores aseguran que el significado del nombre es "huella" o "paso", otros apelan por traducciones más bonitas como "luminosa", "fundamento" o "la base".
Según la leyenda y las historias, el capitán Gonzalo de Castillo se enamoró de ella por su gran belleza pero se casó con Adjoña, el antiguo mencey de Abona bautizado como Gaspar Hernández, aunque esta teoría no la secundan todos los escritos que hablan de la princesa.
Poema de Dácil
Dácil aparece en un poema de Viana y allí se relata su aspecto físico, era rubia, de ojos verdes y admirada por todos los guanches y castellanos. De ahí emanó su principal problema, su romance secreto con Gonzalo de Castillo y por lo que fue incluso enviada a prisión.
A los meses de estar encerrada unos testigos engañaron al rey Bencomo y le dijeron que esa infidelidad nunca existió por lo que pudo dar rienda suelta al amor y casarse con el castellano. Se desconoce cuál fue el motivo de su muerte y también la fecha pero lo que sí se dice es que tras casarse, el nombre de Dácil desapareció y se la conocía como Catalina Bencomo, que después de su boda se apellidaba Izquierdo del Castillo y tuvo cuatro hijos Diego, Luis, Pedro y María García Izquierdo, todo según el poema de Viana.
Un nombre precioso
La Inteligencia Artificial de ChatGPT expone que en Canarias "hay muchos nombres hermosos". Aunque avisa de que "la percepción de lo que constituye un nombre bonito puede variar según los gustos personales". Teniendo esto en cuenta, el más bonito, destaca, es Dácil.
Para determinarlo, explica la IA, ha establecido cuatro parámetros: sonoridad, extensión, significado y relevancia histórica. Según explica, los más cortos pueden sonar más melódicos y elegantes mientras que la fluidez y armonía de la pronunciación influyen en su belleza.