En Canarias, donde los paisajes volcánicos se mezclan con el océano infinito, la tierra guarda secretos que han perdurado durante siglos. Entre ellos, uno de los más dulces y valiosos, un ingrediente que no solo endulza platos, sino también historias.
Su origen está ligado a la tradición, a la sabiduría de los antiguos habitantes y a un árbol que ofrece uno de los mayores regalos de la naturaleza.
Este tesoro, tan único como la tierra de la que proviene, ha sido usado por generaciones para enriquecer la gastronomía local y ofrecer un toque especial a las recetas que pasan de padres a hijos. Pero, ¿de qué se trata este producto que ha sido parte de la identidad canaria durante siglos?
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Así es la miel de palma
El secreto de este dulce no es otro que la miel de palma, un sirope 100% natural extraído de la savia de la palmera canaria (phoenix canariensis), el emblema vegetal de Canarias. Conocida localmente como guarapo, esta savia se recolecta raspando cuidadosamente el tronco del árbol. Tras largas horas de cocción, se obtiene una reducción oscura, espesa y rica en sabor, que lleva el nombre de miel de palma.
Desde la época de los aborígenes gomeros, este endulzante ha sido parte integral de la cultura y la cocina de La Gomera, donde se utiliza tanto en bebidas tradicionales como el gomerón —mezcla de miel de palma y aguardiente de vino— como en postres emblemáticos, como el frangollo o la leche asada. Su versatilidad la ha llevado también a las mesas de la alta cocina canaria, donde complementa platos modernos con un toque de autenticidad.
Un endulzante con historia
Aunque su nombre no está reconocido por la legislación europea, debido a que el término "miel" está reservado para la elaborada por abejas, la miel de palma sigue siendo un icono de la tradición gomera.
Documentos históricos del siglo XV ya mencionaban su extracción y uso, y desde entonces ha sido valorada no solo por su sabor, sino también por sus propiedades digestivas y reconstituyentes.
Este producto, que no contiene aditivos ni conservantes, no solo endulza, sino que conecta a quienes lo prueban con el alma de las Islas Canarias. La miel de palma es más que un endulzante; es un pedazo de historia que continúa conquistando corazones.