Que no, que no hacen falta muchos ingredientes para preparar un postre perfecto. Tampoco una elaboración excesivamente complicada. Es cuestión de ponerse manos a la obra y, en el caso de esta receta, el resultado siempre es satisfactorio porque, independientemente de la pericia del repostero, los ingredientes juegan a favor. Con la práctica ajustaremos la consistencia deseada hasta alcanzar esa textura divina que, desde la lengua al paladar, nos embarque en un dulce viaje.
Este dulce manjar de la gastronomía canaria engaña en el nombre pero convence en el sabor. Se llama quesillo pero no lleva queso, que para eso ya están las quesadillas de El Hierro. Tampoco puede decirse que es un flan porque los amantes de este postre en Canarias pueden ofenderse de la misma manera que quienes tocan las chácaras no quieren ni oir hablar de las castañuelas. Un respetito, si me hacen el favor.
Entonces, ¿a qué viene lo de llamarlo quesillo? Tal vez sea su forma redondeada, quizá esa textura porosa que a veces recuerda un queso, tal vez por su color o a lo mejor por cierta variedad que, aunque a día de hoy no sea la más popular, se elaborara con queso. Todas estas disquisiciones poco importan cuando este tembloroso manjar aparece en la mesa. Una cucharita por comensal y bien de nata. ¡He dicho bien de nata! Así sí.
¿Qué ingredientes lleva?
Esta receta de quesillo canario es un postre delicioso también es muy popular en Venezuela, donde se conoce como quesillo venezolano, debido a la inmigración española que llevó allí este postre. En esta receta existen innumerables variaciones pero todas ellas son sencillas y dan un resultado delicioso. Todo radica en las proporciones e ingredientes adicionales que aportarán un toque personal, si bien los básicos ya son suficientes para preparar el quesillo tradicional.
Con solo cuatro huevos medianos, una lata de leche condensada de 370 gramos, la misma medida de leche y ralladura de limón tenemos los ingredientes básicos para comenzar a elaborar un quesillo, al que posteriormente añadiremos caramelo líquido que podremos comprar preparado o elaborar simplemente cocinando a fuego bajo 150 gramos de azúcar disueltos en una cucharada de agua.
¿Cómo se prepara?
En un bol grande homogeneizamos la leche condensada, la leche entera, los huevos batidos y la ralladura del limón. Luego podemos prepar el caramelo líquido derritiendo el azúcar a fuego lento en una cucharada sopera de agua sin removerla y hasta que adquiere un tono dorado y quede totalmente líquido.
A continuación Introducimos la mezcla en el molde caramelizado, cerramos el molde y lo cocinamos durante una hora y cuarto al baño maría en un caldero. Posteriormente retiramos del fuego y sacamos el molde de la olla, cuando esté templado lo metemos en la nevera y refrigeramos en una eterna espera de 8 horas hasta que por fin podamos disfrutar de esta sencilla delicia.