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Sociedad

La música, la comida y el fútbol: portavoces del español en África

El estudio de español como lengua extranjera ha registrado un crecimiento constante en los últimos años en algunos países del África subsahariana

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III Encuentro de Hispanistas África-España / CASA ÁFRICA

“Dentro de unos años será muy difícil convencer a los kenianos que la tortilla española no es originalmente de Kenia porque nos gusta mucho”. Jane Nzisa Muasya, profesora titulada de lengua en la United States International University-Africa (USIU-A), bromeaba así al ser preguntada sobre las palabras favoritas en español de su alumnado. Entre ellas están: gracias, hola, encantado, gazpacho… “Les gusta mucho la comida”, ríe. 

El Instituto Cervantes, Casa África, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la Dirección General del Español en el Mundo y Dirección General para África del Ministerio de Asuntos Exteriores Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España pusieron en marcha el III Encuentro de Hispanistas África-España, iniciativa que cuenta además con la colaboración de la Fundación Mujeres por África y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. La tercera edición de este encuentro se celebra bajo el lema 'El español y el hispanismo en África como generadores de conocimiento' y tiene lugar desde hoy hasta el 23 de noviembre en Casa África, desplazando hasta Canarias a medio centenar de hispanistas, escritores y profesores de español del continente

Estudios

El estudio de español como lengua extranjera ha registrado un crecimiento constante en los últimos años en algunos países del África subsahariana, especialmente en aquellos donde el francés es lengua oficial o co-oficial, como Costa de Marfil (con 566.178 estudiantes), Benín (412.515), Senegal (356.000), Camerún (193.018), Gabón (167.410) o Guinea Ecuatorial (128.895).

“En los países de la antigua colonia francesa, en el sistema reglado se estudia español”, explica Carmen Pastor, directora académica del Instituto Cervantes. “Ya los franceses tenían siempre una segunda lengua extranjera —además del inglés— y, entonces, los propios colegios y la secundaria, sobre todo, son los que más lo impulsan”. Además, Pastor expone que, durante mucho tiempo, Cuba becó a estudiantes para ir a su país que luego regresaron y continuaron enseñando español a sus compatriotas. “Después, hay un gran interés por el mundo hispánico: la música latina, el fútbol… Hay una atracción muy grande por las culturas hispánicas y que atrae, a su vez, al español”, apunta. 

Costa de Marfil, líder

Seydou Koné, responsable de formación de profesores en la Escuela Normal Superior de Abiyán (Costa de Marfil), explica por qué su país es el principal líder de la difusión de la lengua española en África. “Trabajamos cada día para dar esplendor y fijar la lengua de Cervantes en el mundo”. Para él, la motivación es la clave que ha hecho que tanto alumnos quieran aprender el idioma, una motivación que nace en el interior y en el exterior del propio alumnado. En la enseñanza reglada, a partir del tercer año de instituto, se tiene que estudiar alemán o español. “Si los profesores de español no hubieran trabajado bien, seguramente el alumnado habría elegido la lengua alemana”, celebra Koné. 

Además, “Costa de Marfil lidera la enseñanza del español en África porque el propio gobierno da becas y trabaja mucho por la educación. Ahora hay institutos de proximidad para que los alumnos puedan ir a la escuela. Y, cuando aumenta el número de alumnos, aumenta también el interés por el español y el liderazgo se refuerza”, concluye. 

Cine y literatura

Según Koné, ya desde hace tiempo, en las películas del oeste había estructuras como “adiós” o “hasta la vista” que a la gente le parecían muy interesantes. “Luego llegaron los culebrones y las telenovelas y eso también ha provocado un interés por canciones y expresiones en español”, expone. 

Además, en las aulas también se estudian escritores clásicos como Gabriel García Márquez, Camilo José Cela, Carmen Laforet… Pero también hay espacio para los escritores jóvenes. “Cada profesor, a nivel universitario, elige lo que tiene que enseñarse”, concluye Koné.