Las agresiones al personal sanitario del Servicio Canario de la Salud (SCS) sacan a la luz la realidad de cientos de profesionales que lidian con ataques físicos y verbales diariamente. Solo en 2022 se registraron 296 agresiones de las que 216 — un 72,97% del total— corresponden a mujeres, según un informe remitido por el Servicio Canario de la Salud en respuesta a una solicitud de información pública. Las agresiones a hombres se producen con una menor frecuencia, casi tres veces menos que en el caso de las mujeres, ellos han sufrido un total de 80 agresiones en el último año.
Desde 2015 los datos indican que las agresiones a mujeres superan en todos los casos a las de los hombres, duplicando y triplicando en todos los casos las cifras. Aunque en una pregunta a transparencia se solicitan datos sobre evaluaciones de riesgo tras las agresiones, seguimiento de la salud de los sanitarios tras los ataques, los cursos y medidas llevabas a cabo para prevenirlos y la copia de las actas e informes de seguimiento y evaluación de las medidas adoptadas, ninguna de estas cuestiones recibió respuesta alguna por parte del SCS.
Las agresiones en Atención Primaria
El informe emitido por el SCS también refleja una mayor incidencia de agresiones en la Atención Primaria y extrahospitalaria, donde se produjeron 182 ataques a sanitarios. En el caso de los hospitales se produjeron 114. Además, las agresiones se producen a facultativos, enfermeros y enfermeras, auxiliares, celadores y administrativos indistintamente, aunque destacan ciertas categorías por encima del resto.
En primer lugar se encuentran las 114 agresiones a facultativos, 88 a enfermeros, 43 al personal administrativo, 33 a los auxiliares y 15 a celadores.
Golpes e insultos
Los profesionales del SCS no solo han tenido que soportar agresiones verbales, sino que muchas de ellas han llegado a las manos. Aunque el mayor número de ataques no son físicos — el 82,77% —, el informe destaca 51 agresiones que pasaron la línea verbal y remataron con agresiones físicas.
Ciertas gerencias lamentan más atentados contra los profesionales del área de la salud que otras. La Gerencia de Atención Primaria del Área de la Salud de Gran Canaria registró 36 casos; la Gerencia del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín tres; el Complejo Hospitalario Insular Materni Infantil 29; la Gerencia de Servicios Sanitarios del Área de la Salud de Lanzarote 10; la de Fuerteventura 33; la de Tenerife 117; el Hospital Univerisario Nuestra Señora de Candelaria 57; el Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (CHUC) seis agresiones; la Gerencia del área de la Salud de La Palma una al igual que La Gomera y en El Hierro tres.
Destaca la incidencia en la isla de Tenerife, donde se localizan el mayor número de ataques contra los sanitarios de todo el archipiélago canario.
Consultas inseguras
Para los profesionales las consultas han dejado de ser un lugar seguro, pues el mayor número de incidencias se producen en las salas desde los datos de 2015. En 2022, 117 agresiones se produjeron durante una contulta, convirtiéndose en el lugar más recurrente de los pacientes y familiares para acometer la agresión física y verbal, porque los datos también reflejan que no son solo los pacientes quienes agreden, sino que un gran número corresponde a familiares y acompañantes de los enfermos.
Por detrás de este escenario está la hospitalización, donde se produjeron 62 agresiones, seguido del punto de información de los centros (54), las urgencias (45), el área de Salud Mental (10) y por último las consultas en domicilios (8).
¿Faltan protocolos?
Desde julio de 2015, las agresiones al médico están tipificadas en el código penal como delito de atentado y pueden conllevar penas de cárcel. Sin embargo, los protocolos llevados a cabo para formar sobre las medidas al personal de Consejería de Sanidad, SCS e ICHH sobre prevención de agresiones no aparecen relfejados en el documento de información pública.
El protocolo actual no tiene fecha fijada para que se revise según la Dirección General del Servicio Canario de Salud y mientras tanto, los sanitarios se enfrentan diariamente a agresiones, amenazas, ataques físicos y verbales que dificultan el correcto funcionamiento de las tareas de los profesionales de la salud que encaran diversos problemas como las interminables listas de espera en Canarias, la falta de tiempo para atender a los pacientes y un colapso generalizado que parece no tener final.