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Sociedad

Moisés Simancas: “Lo que falta no es planificación es gestión de las actividades turísticas"

Tras 25 años dedicado a la investigación geográfica enfocada en el turismo, Simancas aboga por una mayor gestión del sector, especialmente por el cambio que ha supuesto la vivienda vacacional en el modelo

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El geógrafo e investigador de la Universidad de La Laguna Moisés Simancas. / CEDIDA

El profesor universitario en Geografía de la Universidad de La Laguna e investigador en el ámbito del turismo Moisés Simancas comienza la entrevista antes de preguntar ya expresando que no existe turismofobia pero sí “cabreo” y “decepción”. Tras 25 años dedicado a la investigación geográfica enfocada en el turismo ha vivido cómo el modelo ha ido cambiando a lo largo del siglo, culminando en la manifestación del 20 de abril que pide un cambio del modelo. La vivienda vacacional o la propia planificación urbanística son algunos de los ejes que ocupan el debate geográfico. 

Antes de la primera pregunta ya va respondiendo a algunas cuestiones. “Ahora mismo hablar de turismofobia es un error, lo que existe es un cabreo social con muchos elementos de nuestro modelo económico y social en general”, defiende. Instantáneamente, en la conversación menciona uno de los principales reclamos de la manifestación, la moratoria turística, que directamente cree que si es hotelera no tendría sentido hacerla hoy en día. 

-Pregunta: Empieza mencionando la cuestión de la moratoria, que es una de las peticiones de los manifestantes. ¿Cree que no cabe una moratoria turística actualmente?

-Respuesta: Es que no se están construyendo nuevas plazas hoteleras. No es como en el año 2001 donde había una avalancha y el negocio estaba en el binomio especulativo del turismo y la construcción. Eso forma parte del pasado. Ahora mismo se están construyendo aquellos establecimientos que ya tenían una licencia. Aquí abro un debate, si la sociedad decidimos que ese tipo de establecimientos no se construya, tenemos que indemnizar a esas personas. Rescatemos la licencia y digamos que no queremos que se construya. 

Donde ha venido a crecer el alojamiento es en las 200.000 plazas de alquiler vacacional que poquito a poco se han ido incorporando y que son plazas legales. Plantéame en todo caso una moratoria al alquiler vacacional que es la que realmente está generando ese crecimiento masivo del alojamiento. En 2015 yo fui un defensor a ultranza del alquiler vacacional porque era un modelo de negocio nuevo y permitía a cualquier persona entrar en el modelo turístico. Pero ahora mismo tenemos que empezar a frenar, esto también son turistas que demandan aviones, coches de alquiler y que generan residuos. Por eso hay que controlarlo, sí que plantearía una moratoria turística a la vivienda vacacional. 

Turistas disfrutan del mar y el sol frente a las obras de construcción de un hotel en la playa de La Tejita, en el sur de Tenerife (Canarias). / ALBERTO VALDÉS-EFE

-¿Entonces se ha actuado tarde?

-De aquellos polvos estos lodos. En el año 2015 la ley de arrendamiento urbano dice que el alquiler vacacional no entra dentro de ella y que eso lo tiene que regular la normativa turística, que es de las comunidades. Cada comunidad autónoma legisló el alquiler vacacional en función de sus intereses. Canarias en aquel momento decidió que dentro de las áreas turísticas no podía haber alquiler vacacional. Qué contradicción. Lo que ha ocurrido es que hemos residencializado las zonas turísticas y turistificado las zonas residenciales.

-¿Hay que plantear un tope turístico?

-Rotundamente sí. Un concepto inherente a la sostenibilidad es el establecimiento de límites. Sin límite no existe sostenibilidad y eso es en lo que no nos hemos dado cuenta. Aquí tenemos empresarios y políticos que piensan que el éxito del turismo es en función de los récords y están equivocados. Tendríamos que hacer un cambio muy importante para entender que los indicadores vinculados al turismo no son cuantitativos sino cualitativos. Tendríamos que trabajar con un método escenario donde decidamos entre todos, empresarios, políticos, técnicos, académicos y sociedad. 

Hay una superación de la capacidad de carga por parte de los turistas y de los residentes, que también tenemos que empezar a hablar del aumento de población que hemos tenido en los últimos 10 años en Canarias. Sobre todo la concentración de la población en ámbitos geográficos que determinan movimientos pendulares con el coche. Tendríamos que repensar el modelo de isla.

-¿Cómo se replantea el modelo urbano de Canarias entonces?

-Tomando decisiones valientes, y aquí no tenemos valentía. Estamos en el siglo de las tecnologías y tenemos que cambiar nuestra forma de entender el territorio, el uso del vehículo privado, las horas que le dedicamos al trabajo o la conciliación familiar. 

Estamos en un momento de discusión del modelo turístico donde solo nos centramos en una parte del problema, que es la turística. Tenemos que empezar a mirar todo el bosque. No se trata de establecer planes, que al final no se aprueban y se convierten en reflexiones y lo que tenemos que hacer es tomar decisiones de sentido común, planificación estratégica. Olvidémonos de la planificación vinculante, por ley, y vamos hacia una planificación estratégica. 

 

-¿La planificación urbanística entonces no ha sido suficiente para resolver los problemas de Canarias? 

-La navaja de Ockham, lo más simple siempre tiene que ser lo más sencillo. En el año 2017 generamos una ley del suelo que intentaba simplificar muchas cuestiones y lo que ha hecho es complicar. Desde el año 2017 hasta el año 2024 no se ha aprobado ni un solo plan general. Estamos en municipios turísticos con normas subsidiarias. Cambiemos la forma de planificar. ¿Por qué tenemos que hacer planes generales que se convierten en elementos enciclopédicos y no vamos hacia los planes estratégicos? 

En Canarias tenemos mucha normativa muy pionera y de renovación. Lo que ha pasado es que ha faltado sentido común y gestión. Por ejemplo, ¿por qué aquí no se cobra por hacer uso de los servicios en un área protegida? El turista va a pagar porque tiene esa cultura. Lo que falta en Canarias no es planificación es gestión de las actividades turísticas. 

-Volviendo a la vivienda vacacional, ¿deberían estar en un suelo turístico como los hoteles?

-Yo no creo que las áreas turísticas tengamos que tratarlas como áreas industriales. Los espacios insulares son una yuxtaposición, imbricación y superposición de usos, donde todo se va mezclando y donde tenemos que empezar a buscar las relaciones de complementariedad. Sobre lo que me preguntas, lo ideal hubiera sido que se hubiera permitido dentro de las áreas turísticas. Ahora lo que hay es que regular la convivencia de lo residencial y lo turístico. Tenemos que entender que la función última del turismo es la mejora de la calidad de vida de los residentes, de los anfitriones. Si con el turismo no conseguimos una mejora de la calidad ambiental lo estamos haciendo mal. Si el alquiler vacacional deteriora la calidad de vida de los residentes hay una incompatibilidad y eso no puede ocurrir. 

-¿Qué autocrítica tiene que hacer la geografía en el ámbito turístico de cara a la manifestación del 20 de abril?

-Llevo 25 años trabajando en materia de turismo. Trabajaba desde el punto de vista de la geografía cuando se demonizaba el turismo y se mitificaba la agricultura. La geografía es una ciencia eminentemente social donde trabajamos, en primer lugar, un concepto del territorio y del paisaje, y en segundo lugar, con una visión absolutamente sistémica interrelacionamos la sociedad con ese espacio geográfico. Cuando hablamos del turismo siempre intentamos incorporar lo ambiental, lo social y lo económico. Cuando solamente se veía la parte economicista del turismo nosotros aparecíamos diciendo el territorio, los recursos, el paisaje. 

Lo que hemos aportado en los últimos años es esa dimensión del destino y ahora lo que planteamos es que desde el punto de vista de la reflexión del modelo de turismo nosotros aportamos esa dimensión absolutamente social y necesaria para incorporar esa sostenibilidad que ahora es fundamental a la hora de planificar y entender. El turismo no solamente es economía, es la mejora de la calidad social, aportar desde el punto de vista de la calidad ambiental. 

La Agenda 2030 uno de sus planteamientos es lo que se denomina la localización. Es decir, la territorialización de las decisiones, adaptar las políticas a la escala más local, eso lo podemos hacer desde la geografía.