"Solo por haber nacido en Cataluña, ya existe el prejuicio de que no podemos hacer nada por España", cita este joven barcelonés como ejemplo de esas ideas preconcebidas que marcan a determinadas personas.
Miki, durante la entrevista con EFE en Tel Aviv | EFE
Con una vista privilegiada de la costa y la "Ciudad Blanca" de Tel Aviv, donde se celebra la sexagésima cuarta edición de Eurovisión, Núñez (Terrassa, 1996) reflexiona con franqueza del mensaje que pretende trasladar con la canción que compuso Adriá Salas (La Pegatina) para este festival de la canción.
"El mundo está lleno de prejuicios. Yo mismo los tengo cuando voy por la calle, aunque mi madre siempre me dice que no juzgue antes de conocer, pero es difícil", reconoce, antes de señalar con humor un estereotipo que también le ha marcado: "No quería decir que escucho a Taburete porque la gente pensaría que soy un pijo".
"Para mí fue un alivio, porque las canciones rápidas y alegres van las últimas siempre en los conciertos. Creo que nos va a ir bien este año", suscribe, convencido de que España saldrá de la maldición de los puestos finales y de que el televoto jugará a favor de su tema.