Como uno de los pueblos con mayor tradición de Tenerife, entre los calderos y fogones de Icod de los Vinos se guarda uno de los secretos de la gastronomía canaria. Un plato rotundo y apreciado en las tascas del norte de la isla como La Parada-Casa de Comidas, donde se prepara una versión del condumio de conejo que, además de única, disfruta del beneplácito unánime de los comensales y ha sido reconocido por la prestigiosa Guía Repsol.
Con el conejo y las papas como base, bañados en el majado de pimienta, laurel, tomillo, hígados de conejo y vino blanco, el plato es una experiencia contundente para el paladar. Ni en Icod ni en ningún punto de la geografía canaria se encuentra un consenso sobre la preparación perfecta. Cada casa tiene su receta, de manera que el plato nunca deja de sorprender ni a los vecinos más asiduos ni a los visitantes más esporádicos.
Papas bonitas y vino
Si el conejo es un ingrediente principal del condumio, la papa bonita no lo es menos. A menudo cultivada por los propios vecinos, que siembran y recogen el fruto de la tierra que luego terminará en el caldero, la papa bonita es un manjar apreciado, cada vez menos frecuente y que, en concreto para este guiso, se pela solo parcialmente. En ocasiones puede acompañarse también con arroz blanco pero lo que no se perdona en la receta auténtica es la papa. Bonita, por supuesto.
Es de esperar que en un municipio que lleva la tradición vinícola hasta en su propio nombre, el plato estrella de su gastronomía venga acompañado de un buen vino. Para gustos, paladares, pero es frecuente acompañarlo con un tinto de uva listán negro para ensalzar los sabores del condumio de conejo En materia de blancos, la Denominación de Origen Ycoden-Daute-Isora también puede ofrecer porpuestas para acompañar, a buen seguro conocidas por el personal de La Parada.
Un frangollo en una casona histórica
Y para un dulce final, acorde con la línea de cocina tradicional, frangollo de postre. Almendras, pasas, canela y azúcar en un viaje al sabor traído desde América por los emigrantes que regresaron a Canarias siglos atrás con recetas y modos de entender la arquitectura, como el que podemos encontrar en el propio edificio que alberga La Parada-Casa de Comidas.
Se trata de una casona tradicional ubicada en la Rambla Pérez de Cristo que data de finales del siglo XVII, cuando residían en ellos los marqueses de Santa Lucía. Mucho tiempo después fue bar, antes de convertirse en un restaurante que además fue ampliado habilitando un espectacular patio donde actualmente, además de actuaciones musicales todos los viernes, se acogen eventos privados.