La vida es muy incierta, resulta imposible tener la seguridad en todo momento de tener claro lo que va a ocurrir. En especial cuando se congrega un gran número de personas en eventos como festivales, conciertos o partidos de fútbol. El pasado jueves se batieron en duelo sobre el césped del Estadio de Gran Canaria la UD Las Palmas y el Real Madrid, un encuentro intenso que terminó en empate a uno. Minutos después del primer gol parecía ocurrir algo en la grada sur. El jugador amarillo Alberto Moleiro decidió detener el partido ante el mal presagio que llegaba por el barullo formado en la zona. Lo que pasaba es que un aficionado del equipo local había sufrido una parada cardiaca.
La gente empezó a silbar y a llamar la atención de los sanitarios para que acudieran lo más rápido posible. Francisco Sosa, que estaba allí como médico de Cruz Roja —trabajó muchos años en Urgencias del Hospital Insular y a día de hoy lo hace en el centro de salud de Gáldar, al norte de la Isla—, no se lo pensó. Tras recibir la llamada por teléfono para avisarlo de que había un hombre inconsciente subió las escaleras “sin pensarlo”.
Cómo ocurrió todo
“Cuando llego me encuentro a un hombre inconsciente y a un aficionado, que es compañero mío, Andrés Jiménez —técnico de emergencias sanitario—, quien tuvo un valor bestial, haciéndole un masaje cardiaco”, relata en declaraciones a Atlántico Hoy. Añade que entre ambos procedieron a reanimarlo durante siete u ocho minutos en los que fue necesario “utilizar el desfibrilador un par de veces”. El paciente, que sigue ingresado en la UCI, pero ya se encuentra consciente con buen pronóstico, fue trasladado al Hospital Doctor Negrín en coma inducido.
Sosa agradece la actuación de los voluntarios de Cruz Roja, el personal de enfermería, la Policía Nacional y los técnicos de emergencias como Jiménez. Como no era la primera vez que los dos trabajaban juntos les resultó mucho más cómodo. “Nos conocemos, por lo que sabemos cómo actuar”. “Lo que importa es el trabajo en equipo”, exclama el médico. Dice el refrán que la experiencia es un grado y bien lo sabe él porque “desgraciadamente” se ha tenido que enfrentar a muchas paradas cardiacas a lo largo de su carrera profesional.
Una situación complicada
El médico reconoce que el manejo de la situación fue complicado porque había ruido y mucha gente. “Es difícil actuar de esa forma, pero salió bien que es lo importante”, resalta. Una de las ideas que estuvo en el aire fue la de suspender el partido. Al final, el árbitro decidió no hacerlo y Sosa considera que acabó siendo lo correcto porque así la gente continuó mirando el partido en lugar de prestar atención a los sanitarios. “Fue más llevadero”, indica.
Pone sobre la mesa que un gran número de personas pidió que se detuviera el juego al tratarse “de una emergencia vital”. “Pero los protocolos de la Liga están ahí y al final yo creo que fue mejor no suspenderlo porque así no hubo tanto alboroto”, agrega. Sosa comenta que antes de empezar el partido ya estaba controlando la medicación, así como todo lo que tienen en las ambulancias debido a que en eventos tan multitudinarios es difícil saber qué sucederá. “No sabes a lo que te vas a enfrentar, tienes que estar preparado sí o sí”, destaca.
Recomendaciones
El médico aprovecha para dar a la población algunas recomendaciones para actuar en momentos como el que se vivió el pasado jueves en el estadio ubicado en Siete Palmas. “Lo importante siempre que una persona se caiga al suelo, ya sea en un estadio o en vía pública, pierda la conciencia, no respire, o no tenga pulso es llamar a los servicios de emergencia.
Luego empezar con masajes cardíacos, eso es importante, hay que enseñar a la población que deben saber hacerlos porque puede mejorar la supervivencia del paciente. “Y si tienes un desfibrilador de estos automáticos que es muy fácil de usar, sería lo ideal. Hay que tomar conciencia de que eso salva vidas, mi experiencia me lo dice. Cada vez que voy a una parada en la calle o donde sea, si nadie está haciendo nada, el pronóstico al final es malísimo”, sentencia”, sentencia.