Década del Envejecimiento
La Década del Envejecimiento saludable, declarada por Naciones Unidas para el decenio 2021-2030, tendrá un desarrollo que se concreta en un plan de acción que define una serie de prioridades.Para conseguirlas se anima a toda la sociedad, gobiernos, instituciones públicas y privadas, medios de comunicación… que apoyen activamente los objetivos del Decenio.Entre estas prioridades, recuerda la SEGG, se encuentran:
- El establecimiento de una plataforma para la innovación y el cambio, conectando personas e ideas de todo el mundo.
- Apoyar la planificación y acción del país, los países obtienen las herramientas necesarias para crear políticas que permitan a las personas vivir vidas largas y saludables.
- Promover investigaciones que aborden las necesidades actuales y del futuro de las personas mayores.
- Alinear los sistemas de salud con las necesidades de los mayores.
- Sentar las bases para un sistema de atención a largo plazo en todos los países.
- Asegurar los recursos humanos necesarios para la atención integral.
- Emprender una campaña mundial para combatir la discriminación por edad.
- Definir el contexto económico para invertir, comprender mejor los costes y las oportunidades del envejecimiento saludable es el punto de partida para diseñar soluciones sostenibles, equitativas y eficaces.
- Mejorar la red mundial de ciudades y comunidades adaptadas a las personas mayores.
Mayores: cambiar la forma de pensar
- Las iniciativas emprendidas como parte del Decenio buscarán:
- Cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos con respecto a la edad y el envejecimiento.
- Facilitar la capacidad de las personas mayores para participar y contribuir a sus comunidades y la sociedad.
- Prestar atención integral y servicios de salud primaria que respondan a las necesidades del individuo y proporcionar acceso a cuidados a largo plazo para las personas mayores que los necesiten.
Mayores: Impacto económico
En Australia, los cálculos indican que si un 5 % más de las personas de 55 años en adelante estuvieran empleadas, habría un impacto positivo anual de unos 37.000 millones de dólares en la economía nacional.El informe también aclara que los datos sobre los costos económicos de la discriminación por edad son limitados y subraya la necesidad de investigar más para comprender mejor su impacto económico, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos.El combate de la discriminación por edad, añaden, requiere políticas y leyes que la aborden, pero también precisa del diseño de estrategias educativas que mejoren la empatía y disipen los conceptos erróneos, así como de actividades intergeneracionales que reduzcan los prejuicios y ayuden a disminuir la discriminación por edad.
El espejo de la COVID
Señala además la organización internacional que la pandemia ha puesto de relieve en particular la importancia de incorporar el envejecimiento en las políticas públicas.Las primeras investigaciones sobre el impacto de la pandemia revelaron un riesgo desproporcionado de enfermedad grave y muerte para los mayores.Sin embargo, y según Naciones Unidas, las instituciones en las que se concentran los más vulnerables, los hogares y residencias de ancianos, pasaron por alto en gran medida una respuesta de emergencia temprana.En muchos países, el sector de la atención a largo plazo se quedó sin orientación coordinada y sin acceso a la información necesaria, así como sin las medidas de control de infecciones ni el equipo de protección, lo que resultó en muchas muertes evitables.