Las nuevas tecnologías llegaron para acercar más aún a la sociedad, sobre todo en aspectos de comunicación. Sin embargo, esta innovación ha dejado daños colaterales en forma de brecha digital con los mayores. Una situación que agrava a aquellos que sufren de soledad subjetiva, aquella basada en la sensación de soledad aun estando acompañados o rodeados de familia o allegados.
Para combatir este doble contexto, la ONG Balance World trabaja paralelamente con dos programas relacionados con esta doble afección de las personas mayores. El primero, Mayores Conectad@s, y el segundo, Mayores@Resilientes, dirigidos a mayores de 60 años, que posean un dispositivo móvil con internet y WhatsApp y no tener ningún deterioro cognitivo o impida el desarrollo de los talleres.
Origen en la pandemia
La coordinadora de ambos proyectos, Elena Cano, explica a Atlántico Hoy el porqué de estos programas, cuyo germen empieza con la pandemia de la COVID-19. “La ONG surge en el 2014 y estas dos iniciativas en 2020. Con el confinamiento nos dimos cuenta por nuestro entorno que las personas que se manejaban con dispositivos electrónicos podíamos conectarnos a través de videollamadas, pero personas mayores que no dominaban estaban completamente aislados”, expone.
Además, señala que en estas iniciativas cuentan con personas que “tienen una vida rica y van a actividades y aun así se sienten solos”. La soledad percibida no tiene que ver con la compañía que tengamos alrededor. “Es un sentimiento personal. Soledad subjetiva percibida. A todos nos ha pasado estar rodeados y sentirnos solos”, recalca.
Proyectos "indispensables"
Así, vieron “una necesidad” y desde ese momento la ONG empezó repartiendo tablets con un proyecto junto a La Caixa. “Todos tenemos algún familiar que en algún momento nos ha pedido ayuda para algo con el móvil, para ir al banco o para gestionar cualquier certificado del gobierno”, afirma.
De esta manera, reflexiona que toda la tecnología, que ha avanzado muy rápido, “les ha pillado con la dificultad de adaptarse a esas nuevas tecnologías”. Por eso el proyecto es “indispensable”, porque los programas llegan “donde las administraciones no”.
Mayores Conectad@s
Esta iniciativa está orientada a personas que se encuentran con sentimientos de soledad, de la llamada soledad subjetiva, no que no estén acompañados o no haya nadie en casa. “El objetivo, además de reducir esos sentimientos de soledad percibida o subjetiva, es aumentar la autonomía de la persona reduciendo la brecha digital, porque como el mundo esta digitalizado los mayores se han quedado al margen de la sociedad. Por lo tanto, estas personas sufren un doble aislamiento. Discriminadas realmente”, expone Cano.
El programa Mayores Conectad@s, que se desarrolla por videollamada o telemáticamente, consta de tres áreas de intervención. Un psicólogo “para reducir el malestar y sensaciones negativas asociadas al ciclo vital, reducir el sentimiento de soledad y aumentar el bienestar de la persona”.
La parte de trabajo social, “que es muy importante, ya que ayuda a los recursos sociales, por si necesitan de alguna tramitación social, que sean conocedores del tipo de ayudas que pueden beneficiarse, de recursos sociales y asistenciales de los que disponemos”. Este proyecto en la actualidad trabaja con 47 personas.
La tercera es la formación digital, que es “aprender las competencias básicas digitales. Se adapta a la persona. Hay quien empieza por la videollamada, poner la alarma… Hay personas que necesitan el certificado digital y con la formación se le ayuda a moverse en el mundo digital”.
Mayores@Resilientes
Este programa está más orientado a la prevención de los sentimientos de soledad y al envejecimiento activo. El objetivo es otro, “evitar que esas personas puedan llegar a tener ese sentimiento de soledad que sí tienen las personas de Mayores Conectadas y, además, el envejecimiento activo y saludable”, indica Elena Cano.
En otras palabras, este proyecto se trabaja para que la personas que integran el mismo no pasen a cumplir con el perfil que reclutarían para la iniciativa Mayores Conectad@s. La ONG colabora aquí con 35 personas.
Con herramientas similares en ambos proyectos coordinados por Cano, la profesional expresa que “para las personas mayores todavía ir al psicólogo es un poco tabú”, por lo que pone en valor que con ellos “el psicólogo va a casa o realiza la consulta a través del móvil”.
Actividades grupales
Por último, Elena Cano apunta que además de intervenciones individuales, realizan grupales. “Hacemos una semana sí, y otra no, talleres presenciales, por lo que se va creando una buena red de apoyo que funciona muy bien entre los propios participantes”.
En este sentido, comparte que conectan personas de Los Silos, El Médanos y de Santa Cruz, entre otros municipios. “Tenemos grupos de lectura donde se reúnen para compartir un libro, un formato podcast, donde cuentan sus testimonios de diferentes cosas. De como era antes la comunicación, de como se enamoraba, de cómo se vivían los duelos… Todo eso ha cambiado y es un patrimonio histórico que va a morir en estas generaciones”, argumenta para finalizar sobre los distintos talleres que ofrecen.
Las dos iniciativas de la ONG Balance World, que están subvencionadas por la Consejería de Derechos Sociales del Gobierno de Canarias, están funcionando hasta el próximo mes de julio, aunque la intención es prolongarlo hasta diciembre y volver a sacar la convocatoria en 2024”.