Más de 23.000 extranjeros logran papeles estudiando gracias al arraigo para la formación

Con este programa se puede regularizar a extranjeros que lleven dos años en España y que se matriculen en una formación reglada, el problema es que no pueden trabajar porque solo es un permiso para estudiar

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Imagen de estudiantes de grado y postgrado / PEXELS
Imagen de estudiantes de grado y postgrado / PEXELS

El arraigo para la formación, creado a mediados de 2022, ha permitido a más de 23.000 extranjeros sin papeles y que vivían en España desde hace más de dos años regularizar su situación. Con estimaciones que apuntan a más de medio millón de extranjeros en situación irregular y la persistencia de empleos vacantes por falta de profesionales formados, esta modalidad de arraigo se perfila como un instrumento con impacto positivo en el mercado laboral y capaz de impulsar el derecho a la educación y a un trabajo digno, según un informe hecho público este lunes por la Fundación Aspasia.

El arraigo para la formación fue una nueva vía de regularización de extranjeros creada en julio de 2022, a la que pueden acceder personas que lleven dos años en España y que se matriculen en una formación reglada para ejercer un empleo. Logran primero una autorización de residencia de un año —prorrogable por otro más— mientras estudian, y cuando concluyen la formación y presentan un contrato de trabajo obtienen autorización de residencia y trabajo por dos años.

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El informe recoge las últimas cifras del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que muestran que a finales de 2023 un total de 23.097 personas contaban con una autorización inicial por arraigo para la formación. Destacaban los ciudadanos de Marruecos (11.002), Colombia (2.608), Senegal (1.282), Honduras (928) y Perú (897).

El informe valora la evolución de esta vía de regularización de inmigrantes vinculada al mercado laboral, pero recoge también los problemas de una fórmula que no permite trabajar mientras se estudia. El presidente de la Asociación Rumiñahui, Vladimir Paspue, vicepresidente del Foro de la integración social de la inmigración, pide que se conceda permiso de trabajo con la resolución inicial para poder compaginar los estudios con un trabajo a tiempo parcial y recuerda que la mayoría de las formaciones prevén prácticas en empresas, lo que implica dar de alta a los estudiantes en la Seguridad Social.

Impacto positivo

En otro análisis, Jorge Martín, experto en migraciones de la CEOE, explica que la mayoría de las personas que se encuentran inmersas en esa primera fase de estudios necesita garantizarse un sustento, por lo que no permitir que compatibilicen formación y trabajo "dificulta enormemente el éxito práctico de esta modalidad de arraigo".

Tras destacar también la necesidad de que todas las comunidades apliquen criterios uniformes, este experto no duda de que el arraigo para la formación va a tener "un impacto positivo en el empleo y va a ayudar a erradicar parte de la economía sumergida de nuestro país".