Marruecos "siembra" nubes para tratar de que llueva más: ¿cómo afectaría al campo canario?

El país vecino está rociando las nubes con yoduro de plata para intentar provocar hasta un 20% más de precipitaciones, lo que preocupa a agricultores españoles

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Imagen del cielo con algunas nubes / UNSPLASH
Imagen del cielo con algunas nubes / UNSPLASH

Marruecos lleva años realizando experimentos para alterar el clima y conseguir más precipitaciones en el país mediante un sistema que se ha llamado popularmente siembra de nubes. Es un método que consiste en la introducción de determinados elementos químicos en las nubes, como el yoduro de plata o la sal, para favorecer que estas precipiten incluso en condiciones en las que no lo harían de manera normal.

Hace unos meses, el medio ceutí El Faro de Ceuta se hizo eco de los planes del Gobierno de Marruecos de ampliar estas prácticas a más zonas del país para alcanzar hasta 42 estaciones de siembra de nubes en 2025. Esta planificación se enmarca en el Proyecto de Inversión Artificial “Ghaith”, que pretende lograr un aumento de entre el 15% y el 20% en las zonas objetivo.

Los agricultores murcianos, preocupados

Aunque estos experimentos no son nuevos -otros países como China llevan años practicándolos, e incluso España trató de llevarlo a cabo entre 1979 y 1981 con el Proyecto para la Intensificación de la Precipitación (PIP)- y, científicamente, no está claro que sean efectivos, el reino alauita se ha volcado en esta estrategia, invirtiendo millones de euros en ella, y ha comenzado a hacer sonar las alarmas entre los agricultores españoles.

Esta semana, tal y como ha adelantado el medio La Opinión de Murcia, los agricultores murcianos han reclamado, a través de la asociación Asaja, más información al Gobierno central y medidas por parte la Comisión Europea. Temen que los experimentos marroquíes puedan afectar al campo de la región, como también lo temen en Andalucía, Ceuta o Melilla, por estar geográficamente cerca de Marruecos.

¿Qué piensan los canarios?

Escorrentías, inundaciones, aumento de la erosión del terreno, pérdida de cultivos... Son algunos de los temores sobre un escenario en el que aumentasen artificialmente las lluvias. Por cercanía, Canarias también es una región que pudiese tener razones para cuestionarse estos experimentos.

Atlántico Hoy ha hablado con Theo Hernando, presidente de Asaga-Asaja Canarias -homóloga en el Archipiélago de la asociación murciana que ha interpelado al Gobierno de España-. Hernando quita hierro al asunto, tanto por la fiabilidad científica de los experimentos como por el impacto que pudiera tener en las Islas dada su posición geográfica.

No afectaría a las Islas, de ser un problema real

"En Canarias tenemos un clima cambiante con periodos de alta precipitación y otros de sequía. Con respecto a que Marruecos esté investigando la precipitación, modificar el clima en una región grande ahora mismo no está de la mano del ser humano. Pero, en cualquier caso, a nosotros nos afectan borrascas que vienen desde el océano y, como nosotros estamos antes en su camino que África, lo que hiciera Marruecos no nos afectaría", comienza.

"En cualquier caso, sembrar el cielo con yoduro de plata y otros elementos para que haya precipitaciones no está demostrado científicamente que funcione. Se han hecho investigaciones desde hace mucho tiempo, pero especialmente en zonas continentales con condiciones climáticas muy específicas -especialmente de viento- y no es tan fácil ni espectacular como parece", añade Hernando, pero señala que sea una medida "efectiva y realista".

Unos "avioncitos" frente a la fuerza de la naturaleza

Las borrascas que afectan a Canarias se generan en el mar Caribe y atraviesan todo el Atlántico antes de llegar a Canarias, cargándose de humedad y alcanzando el tamaño de todo un continente. "Que alguien piense que con cien avioncitos se pueda desecar esas nubes o generar condensaciones a esa escala, lo pongo en duda", remata Hernando, que sí apunta a lo que desde Asaga consideran la solución para los problemas con el agua en Canarias: las desaladoras.

"La tecnología de desalación de agua de mar y la de regeneración de aguas urbanas es lo que nos va a permitir, en un futuro próximo, no estar tan pendientes de las precipitaciones", zanja el presidente de la asociación de agricultores canarios.