María Dolores Pérez siempre sintió una conexión especial con el mar. Desde pequeña sentía curiosidad por lo que acabaría siendo su campo de investigación, pero no fue hasta llegar a bachillerato cuando realmente se decantaría por la ciencia. El evento que marcó definitivamente su decisión para adentrarse de lleno en la oceanografía vino en forma de charla, cuando una mujer que estudiaba Ciencias del Mar fue al instituto a contarle a los alumnos su experiencia. Ahora, María Dolores Pérez es investigadora del Instituto de Oceanografía y Cambio Global en el campo de la oceanografía física, materia que imparte como docente en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
La importancia de tener referentes
Y así, de esa manera tan casual, es como un referente puede tener el poder de cambiar la vida de una persona. "La chica de la charla me introdujo por primera vez en el mundo de la oceanografía física y me resultó superinteresante", cuenta, así que en la carrera continuó con el interés por el mar y en los últimos años de su licenciatura se decantó definitivamente por la oceanografía física.
A sus 22 años pasó un tren de esos que pasan una vez en la vida cuando su profesor la invitó a participar en una campaña. "Yo fui con una amiga y la experiencia me gustó mucho. Después estuve preguntando qué había que hacer para convertirse en investigadora y entré en este mundillo", recuerda.
Proyecto 'Mujeres Científicas Canarias'
Pérez ya puede decir que es un referente para las nuevas generaciones pero en su momento los referentes de ella eran, en su mayoría, hombres. "En aquel momento mis referentes eran los profesores que me habían dado clase en la universidad. El campo de vista que tienes está un poco limitado a tu entorno y en nuestro campo sobre todo son hombres", explica la investigadora.
La equidad en la ciencia aún tiene que lidiar con muchos fantasmas del pasado y uno de ellos es que la figura de la mujer deje de estar en un segundo plano. "Es muy importante que las mujeres tengamos referentes en el campo de la investigación y de hecho colaboro con un proyecto que se llama ‘Mujeres Científicas Canarias'", expresa Pérez.
Este presenta al alumnado la realidad de la investigación científica y tecnológica desde la visión de mujeres que actualmente desarrollan su labor investigadora en instituciones académicas de la Comunidad Autónoma de Canarias, mostrando la posibilidad real de alcanzar el estatus de investigadora sin que el género sea un impedimento o un condicionante. La docente de la ULPGC asegura que "cada vez hay más demanda de centros públicos que quieren asociarse a que vayamos a dar charlas y a que vayamos a contar nuestra historia".
El perfil de investigadora
Aunque María Dolores Pérez asegura que no ha vivido ninguna situación machista sí identifica ciertas desigualdades en el campo de la investigación. "A la hora de ser madres sí que estamos un poco condicionadas en cuanto a la baja de maternidad que nos quita un poco de tiempo y meses de trabajo. La mujer en el momento en que se convierte madre se queda un poco más atrás", asegura la experta en oceanografía.
Además, Pérez afirma que todavía faltan muchas mujeres en el campo de la investigación. "En España en concreto hay muchas mujeres que estudian carreras y que estudian doctorados, el problema viene después, a la hora de la estabilización es dónde las mujeres empiezan a perderse, cuando llega el momento de la maternidad, cuando llega el momento de asentarse, ahí es donde acaban destacando más los varones. Seguramente influye que la mujer se coge baja de maternidad completa, el hombre puede volver a trabajar sin problema y en parte porque la vida científica también te exige irte a trabajar al extranjero y no es lo mismo para un soltero que para una persona que tiene familia", reflexiona la profesora de ingeniería de la ULPGC.
¿A cuántas mujeres investigadoras o del mundo de la ciencia conoces? Ir más allá de Marie Curie es primordial para avanzar en un camino igualitario. Dar voz a las nuevas científicas, investigadoras y los nuevos referentes femeninos es la base para que las nuevas generaciones amplien el campo de mira y vean mucho más allá de las barreras con las que se toparon las mujeres del pasado.