La Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias publicó recientemente un Manual de buenas prácticas de ciclismo en la naturaleza, que busca concienciar sobre la importancia de ejercer la actividad con responsabilidad, minimizando los posibles efectos negativos que esta práctica pueda tener sobre la biodiversidad y los hábitats de las islas.
Para elaborar el texto de 66 páginas, la consejería ha contado con profesionales del sector como colaboradores. Entre ellas, la Asociación Profesional de Agentes Forestales y Agentes de Medioambiente de Canarias (Afmacan).
Herramienta para usuarios
“El manual pretende ser una herramienta útil, no solo para las administraciones públicas, sino para las empresas de turismo activo, los colectivos y deportistas que se dedican al ciclismo en el medio natural”, explica a Atlántico Hoy el representante de Afmacan, Jonás Hernández. “Es tener un documento que deben conocer para saber cómo debe realizarse esa actividad en el medio natural, siendo respetuosos con la biodiversidad y la conservación de la naturaleza”, agrega.
En este contexto, Hernández recuerda que la asociación lo único que ha hecho es ser colaborador en la información para la redacción del manual. “Lo hemos sido por nuestra experiencia en el día a día trabajando en los espacios naturales de las islas”, apunta.
De esta manera, señala que durante sus jornadas laborales se encuentran múltiples actividades irregulares que tienen que ver con el ciclismo. “Queremos destacar que hay un gran número de personas que se dedican a esta actividad deportiva y de la naturaleza que respetan y cumplen con la normativa de forma escrupulosa. El problema lo tenemos con la actividad de ciclismo de MTB, sobre todo de descenso, y con personas que transitan por senderos, homologados o campo a través”, expone Jonás.
Problemas actuales
Así, relata las dos principales problemáticas con las que se encuentran por la práctica de la actividad fuera de la normativa. “En primer lugar, la de la erosión que se genera en esos senderos”, sintetiza. “Hay que tener en cuenta que una bicicleta a altas velocidades y, sobre todo, a la hora de frenar, produce unas pequeñas cárcavas y efectos erosivos en el terreno que, posteriormente, si se producen precipitaciones, conllevan que tengamos un problema de erosión importante que puede acabar deteriorando los senderos oficiales, incluso en campo a través general”, añade en desarrollo.
El segundo problema trata sobre la seguridad de las personas. “Para los senderistas, excursionistas y demás”, aclara antes de compartir que muchas veces “de repente se tienen que prácticamente tirar o echar a un lado, porque encuentran a ciclistas que pasan a alta velocidad y pueden producirse accidentes con consecuencias graves”.
Prohibiciones
Jonás recuerda que si no se puede circular en determinados los lugares “no es por capricho de la administración, sino porque esa circulación genera daños importantes y por temas de seguridad”. Otra cuestión -detalla- es que esos colectivos planteen, como ya se ha hecho, “que en algunos lugares determinados de las islas se habiliten espacios para la práctica de este deporte”.
En ese caso, el representante de Afmacan explica que esa decisión y gestión es tarea de la administración para que esté regulado. “Sería una zona de uso general con un valor de protección de la naturaleza menor y no chocaría frontalmente con otras actividades como el senderismo”.
La pandemia y las redes sociales
Que este manual haya salido ahora no es casualidad, sino por causas. La proliferación de actividades desde la pandemia es notoria y eso el monte y, sobre todo, los espacios naturales, lo acusan. “Todas las actividades de turismo activo en la naturaleza vienen creciendo las islas en los últimos años, sobre todo a raíz de la pandemia. El crecimiento ha sido exponencial”, incide. “Y concretamente el ciclismo muchísimo”.
En este sentido, Jonás considera importante destacar, y desde Afmacan quieren insistir, el problema que existe con las redes sociales y la difusión de comportamientos inadecuados y de actividades prohibidas que por el hecho de publicarse en redes sociales suponen un efecto de llamada para la realización de otro usuario para la actividad. “Nos preocupa porque hay una especie de vacío legal y una total impunidad de personas que en redes sociales ponen de manifiesto su actividad y se sientan orgullosas de esta actividad regulares que luego las ve todo el mundo. Hacemos seguimiento”, expone preocupado.
Recientemente, un ciclista profesional de mountain bike se grabo y compartió una escena rodando en el espacio protegido del Barranco de Los Encantados, en Fuerteventura, aunque también existen otros profesionales del deporte que siguen desarrollando su actividad de forma irregular, sobre todo en Tenerife.
Por último, insiste en que, como agente de medioambiente, tanto él, como Afmacan en su conjunto, valoran “positivamente” el Manual de buenas prácticas de ciclismo en la naturaleza “para que llegue todo el mundo y que la gente sepa cómo comportarse y actuar”.