Para Mara López el pasado viernes fue otro de esos días negros, tristes. Un día en el que nunca tenía que haber sucedido lo que ocurrió. Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas, anunciaba durante una rueda de prensa que Joel Domínguez, jugador juvenil del equipo que esta temporada ha logrado el ascenso a la Primera División del fútbol español estaba convocado para hacer la pretemporada con el combinado canario. “Joel Domínguez es un chico que se equivocó, que fue condenado y que está cumpliendo la condena que se impuso. Nosotros lo que tenemos que intentar es ayudarle a reinsertarse en la sociedad. Si hubiéramos querido echarlo, lo hubiéramos echado", señaló Ramírez ante los presentes.
Con un maldito whatsapp. “Me entero porque me mandan un whatsapp por la noticia que publicó El Nuevo Insular en su cuenta de Twitter explicando que Joel iba a hacer la pretemporada con los mayores. Cuando la leí me entró una presión en el estómago, un malestar, es que no me lo podía creer”, detalla con voz rota Mara, madre de la víctima del joven futbolista condenado por violencia de género a 40 días de trabajos en beneficio a la comunidad.
Aluvión de apoyos
“De la directiva de la UD Las Palmas no espero nada. De la afición espero que siga como hasta ahora. Estoy recibiendo un aluvión de apoyos, les estoy eternamente agradecida. Me está escribiendo gente de toda España, pero sí que creo que el entrenador y los jugadores del primer equipo se deben pronunciar”, aclara Mara.
“Joel tiene varios procesos judiciales abiertos, uno de ellos por un presunto delito de quebrantamiento de condena y el presidente habla de reinserción y luego lo llama; uno de los nuestros. La víctima dónde queda… Me puse a llorar. Estaba en el parque con el perro y no sabía ni qué hacer. Me fui a mi casa y al llegar empiezo a recibir un continuo bombardeo de información”, explica una madre cada vez más contrariada.
¿Por qué lo premian?
Su hija se encontraba en el aeropuerto en ese mismo momento. Se iba a Andalucía con unos familiares. “Yo no se lo quería decir y alguien le hace llegar la noticia, probablemente una amiga. ¡Mamá por favor haz algo, con todo lo que he sufrido! ¿Por qué el sistema nos trata así? Estoy desamparada judicialmente. ¿Por qué lo premian?”, le contó la niña antes de subirse al avión.“Si para mí es frustrante, imagínate lo que es para ella”, afirma Mara.
Porque a la víctima le costó mucho reconocerse como tal. La joven de 16 años llegó a pensar que si el que era su expareja la maltrataba, lo hacía porque ella se lo merecía, que a lo mejor era algo pasajero, creía que ella podría hacerlo cambiar. “Ahora que me di cuenta de que yo era la víctima y no que era culpa mía, el equipo lo premia”, acertó a decirle a la madre por teléfono.
Falta de empatía
Mara le pide firmeza a la justicia. “Me gustaría saber dónde cumplió Joel los 40 días de trabajo en beneficio de la comunidad (la condena)”, expone Mara.
“A Miguel Ángel Ramírez lo primero que le diría es qué siente por la víctima, por qué habla de Joel como uno de los nuestros y ha sido incapaz de empatizar con la víctima y su familia. ¿Qué hubiera hecho él si esto le hubiese pasado a una hija suya de 16 años? ¿Por qué tanto empeño en ayudar al agresor y tanto olvido de la víctima? Porque la víctima no le da dinero”, se responde ella misma a su pregunta.
No ha pedido perdón
Para Mara todo hubiera sido diferente si el futbolista se hubiese disculpado. “Si Joel hubiera pedido perdón, reconociera los hechos públicamente en los mismos medios en los que nos acusaba de mentir. Todo habría sido diferente”, asegura la madre.
“Yo no quiero que Joel vaya a la cárcel. Me gustaría que sea consciente del daño causado y que lo que ha hecho es cometer un delito grave. Mi intención en la última vista con el fiscal era proponer una pena alternativa a la pena privativa de libertad, que consistía en que cumpliera seis meses de trabajo en beneficio a la comunidad en un centro de víctimas de mujeres maltratadas”, relata la madre.
"También quiero dejar claro que no es que yo no quiera que Joel no juegue, pero con procesos judiciales abiertos y riéndote de la víctima, estamos mandando un mensaje muy peligroso a los jóvenes porque lo que hizo es muy grave”, concluye Mara López.