Este martes ha comenzado el juicio contra el odontólogo de una clínica privada de Lanzarote, que está acusado de falsificar unos documentos para evitar tener que pagar una indemnización de más de 150.000 euros, por extraer la paleta de una niña de 8 años presuntamente por un error.
La primera en declarar ha sido la madre de la menor. Según ha manifestado la mujer, firmó unos documentos de autorización de la intervención, entre ellos un “consentimiento informado para cirugía oral”, en los que no aparecía ningún texto manuscrito. “Cuando yo firmé, no había nada escrito a mano”.
Ratoncito Pérez
Además, aseguró que fue la que tuvo que mandarle la radiografía por correo electrónico al doctor porque nadie se la había enviado. “Me puso el diente en un tarrito para el ratoncito Pérez”, declaró. “Pasados unos cuatro meses como la paleta no ha salido, la llevé a un odontólogo que le hizo pruebas y comprobó que en vez del mesiodens le habían extraído la paleta”, explicó la señora.
El mesiodens es un diente extra que aparece en los maxilares y que iban a quitarle a la menor por prescripción el Servicio Canario de la Salud (SCS). La madre también explicó ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas que cuando pidió el informe de la intervención tardaron dos semanas en dárselo y que la niña “lo ha pasado bastante mal”.
Peritos
Las empleadas y exempleadas de la Clínica San Vicente que participaron en la sesión de este martes no fueron capaces de aclarar nada. Tampoco lo pudieron hacer los dos peritos caligráficos que declararon, uno por parte de la acusación y otro de la defensa, que demostraron tener unos excelentes conocimientos de su actividad profesional, pero que por motivos ajenos a ellos (tuvieron que analizar los documentos en sede judicial sin el material adecuado) no pudieron hacer unos informes concluyentes.
El dentista acusado no iba a declarar hoy, pero al final lo hizo. Se defendió alegando que apreció en su revisión, que la pieza dentaria número 11, la paleta, tenía problemas descalcificación y morfología, y que el mesiodens estaba en mejores condiciones. Explicó el doctor, que por eso y su experiencia quirúrgica informó a la madre de que sería mejor quitarle el definitivo (la paleta).
Ocho años de cárcel
Este extremo fue corroborado por un perito aportado por la defensa, pero que fue rechazado por el peritaje aportado por la actuación particular. Respecto al informe que había solicitado la madre, el médico aseguró que se hacen con los datos administrativos que constan y no con la historia clínica.
La Fiscalía pidió en sus conclusiones finales dos años de cárcel para el dentista y la acusación particular aumenta considerablemente su petición de pena a ocho años.