Desde la noche del sábado 8 de mayo al domingo 9 de mayo de 2021, con el fin del estado de alarma, se sabía que la población empezaría a retomar sus hábitos cotidianos. Así estaba previsto y una de sus motivaciones era reactivar una economía que necesitaba respirar.
La realidad es que ante las restricciones todavía existentes, muchos sectores, como el ocio nocturno, bares y discotecas, no han podido recuperar la normalidad a la que estaban acostumbrados. Muchos jóvenes, ante la imposibilidad de ir a discotecas, han encontrado como vía de escape una “falsa normalidad” que ha contribuido a los contagios de esta quinta ola: los macrobotellones.
La juventud frustrada
Ante la demora de la ansiada normalidad, jóvenes y universitarios, a los que la pandemia les ha negado el componente social de su generación, se han reunido a lo largo del verano en concentraciones masivas en la calle o a la salida de locales de ocio nocturno.
Municipios turísticos del sur de Tenerife, como Adeje o Arona, han sido el foco de algunas de estas concentraciones. La Policía de ambas localidades ha experimentado serias dificultades para contener este tipo de agrupaciones masivas.
Ni mascarilla ni distancias
Es frecuente que en estas reuniones sociales el alcohol sea el centro de los encuentros, lo que ha llevado a los ocupantes de estos espacios públicos a interactuar sin mascarilla y sin ningún tipo de medida de seguridad. Las distancias también han brillado por su ausencia.
“¿Dónde están los padres y la educación de esos padres para que estas cosas no pasen?” fue la pregunta de Miguel Ángel Jiménez, concejal de Policía de Teguise, con motivo del botellón que tuvo lugar en La Graciosa en el mes de julio.
Dificultar las aglomeraciones
La Policía Local, Guardia Civil y Policía Canaria han llevado a cabo una campaña para identificar los lugares frecuentes de este tipo de reuniones en tiempos de pandemia, para así tomar medidas al respecto y conseguir evitarlas.
Una de las estrategias que se ha puesto en marcha ha sido prohibir el aparcamiento en estos puntos de reunión.
Las playas como lugar de encuentro
Playas de todo el archipiélago han sido motivo de preocupación para las autoridades de cara a prevenir los famosos botellones y, por consiguiente, los contagios.
Las Canteras o Las Teresitas han sido solo algunas de las playas que han servido para muchos jóvenes como lugar de recreo, sin respeto por las medidas de seguridad. Dichos botellones han generado la indignación de vecinos, que en algunos casos han grabado los hechos para denunciarlos a la policía.