Una residente de la localidad de Los Abrigos, en Granadilla de Abona, ha denunciado unos hechos desagradables en su vivienda, que ha sido vandalizada por un grupo de adolescentes.
Así, esta vecina ha compartido en redes sociales que un gran grupo de niños y adolescentes lanzaron una lata de refresco abierta por la ventana de si casa con las consecuencias que eso conlleva en el interior de la vivienda, evitando, por suerte, sufrir daños personales.
El suceso
Además, ha expuesto que “Niños, adolescentes, etc. siempre serán un poco traviesos, pero ya basta!!!! Esta noche, poco antes de las 10 de la noche un grupo de como 15 chavales en la cancha nos lanzaron una lata de refresco abierto por la ventana mientras estábamos tranquilamente viendo la televisión”.
Ha continuado detallando el resultado lo ocurrido. “Cortina empapada, sofá todo chorreando, paredes, mesa y suelo manchado!!!! Adiós a una noche tranquilamente en casa”.
Por último, la afectada no ha querido perder la oportunidad de enviar “una nota para los padres” de los menores que lanzaron la lata. “Vigila un poco más a tus hijos y mira con quien están andando. ¡¡¡Esto no puede seguir así!!!”.
Reincidentes
Esto, a pesar de la gravedad, no dejaría de ser una gamberrada de menores si no es porque es algo reiterado, como ya publicó Atlántico Hoy el pasado mes de marzo, cuando otra vecina denunció el lanzamiento de piedras y limones a su vivienda desde la calle sin mediar palabra y sin justificación alguna.
Lo agravante en este caso es que en la sala donde cayeron los objetos se encontraba su hija de dos años que, por suerte, no se vio afectada.
Otros actos vandálicos
Según relató en una entrevista a Atlántico Hoy, nunca le había pasado hasta ese momento, pero sí había escuchado que a unos vecinos le tiraron huevos y que en Navidad habían estado tirando pirotecnia a otros.
Al igual que la última residente que ha denunciado unos hechos de vandalismo de menores contra su vivienda en Los Abrigos, esta vecina también envió un mensaje a los progenitores. “A ver si los padres de los chicos, que son adolescentes, lo leen, pueden hablar con sus hijos y toman alguna medida porque no es gracioso”.