En Las Palmas hay trece procedimientos penales abiertos por intrusismo en Odontología

Cada dentista tiene un número de colegiado y este número, que puede comprobarse fácilmente, se convierte en la garantía real de que el profesional que les atiende puede ejercer la Odontología

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Ciudad de Justicia de Las Palmas / ATLÁNTICO HOY
Ciudad de Justicia de Las Palmas / ATLÁNTICO HOY

El intrusismo en Odontología es una práctica fraudulenta que se ha visto incrementada durante la pandemia y puede poner en peligro no solo la salud bucodental de una persona, sino también la propia vida de la misma. La ley no impide que las clínicas dentales sean propiedad de una persona que no tenga una titulación sanitaria, es decir, cualquier empresario/a puede tener en propiedad una clínica dental sin que para ello necesite el título de odontólogo. En ocasiones, esto puede contribuir a la desvinculación del concepto de salud por parte de quienes buscan hacer negocio en el sector, sin atender a la ética deontológica. 

En 2022, el Colegio de Dentistas de Las Palmas (COELP), ha conseguido dos sentencias condenatorias firmes con pena de prisión y la apertura de dos nuevos procedimientos judiciales. Ahora mismo, existen un total de 13 procesos penales abiertos en diferentes partidos judiciales de la provincia. Además de las dos sentencias dictadas en firme que implican condena con pena de prisión, existen otras dos anteriores, de 2021, igualmente condenatorias con pena de cárcel.

Absoluta contundencia

El Juzgado de lo Penal Nº6 de Las Palmas de Gran Canaria condenó hace dos semanas al dueño de una clínica dental en Agüimes, a la pena de seis meses de cárcel, gracias a una denuncia del COELP. “En el caso de la última sentencia que hemos logrado, se condena a un protésico dueño de una clínica dental y a un dentista como cooperador necesario del intruso, a una pena que lleva aparejada prisión e inhabilitación para el ejercicio de sus profesiones durante seis meses. Aquí el Colegio, que ha ejercido la acusación particular, ha actuado con absoluta  contundencia. Los dentistas somos los primeros interesados en desterrar estas prácticas fraudulentas que ponen en riesgo la salud y la propia vida de las personas”, asegura Francisco Cabrera Panasco, presidente de la institución colegial.

En los últimos años, los dentistas vienen alertando sobre este grave problema en la Odontología. La realidad es que este delito, por lo general, sale rentable para el intruso, cuando lo que está en juego es la salud de las personas. El delito de intrusismo solo impone pena de prisión cuando el acusado se atribuye públicamente la condición de profesional mediante el uso de un título que no posee y, en el caso de la Odontología actúa en una clínica dental, haciéndose pasar por dentista.

Un espacio digital para informar

Si se actúa fuera de una clínica dental, el hecho mismo de ejercer las funciones propias de la profesión de dentista sin estar titulado para ello, está penado con multas económicas de seis a doce meses. Tanto el Consejo General de Dentistas de España como el Colegio de Dentistas de Las Palmas reclaman el endurecimiento de las penas para el intrusismo asociado a profesiones sanitarias. El COELP, en su lucha contra el intrusismo en Odontología, ha lanzado una campaña de concienciación bajo el lema Pon tu boca en buenas manos, con el objetivo de informar y proteger a los pacientes. 

Para reforzar esta iniciativa, el COELP ha creado la plataforma www.intrusismodentistas.es un espacio digital. “Nos conecta de una forma ágil y directa con la ciudadanía, cuya salud bucodental es una prioridad para nuestro Colegio”, expone Cabrera Panasco. Uno de los mensajes destacados en esta campaña incide en la prevención frente al intrusismo, y recuerda a la ciudadanía que cada dentista tiene un número de colegiado y que este número, que puede comprobarse fácilmente, se convierte en la garantía real de que el profesional que les atiende puede ejercer la Odontología. Fomentar la denuncia de los afectados, se plantea como una cuestión indispensable para desterrar el intrusismo. “Solo sus víctimas pueden demostrar que alguien que no es un dentista ha actuado en su boca como si lo fuera, y su testimonio en un proceso judicial es básico”, señala Cabrera Panasco.