Un total de 2.170 inmigrantes han perdido la vida en su intento de llegar a España por las distintas rutas migratorias marítimas en 2020, de los que el 85 % (1.851) lo hicieron en la
Ruta Canaria, en la que se registraron
45 naufragios, según los datos recopilados por el colectivo
Caminando Fronteras.El monitoreo que la ONG ha hecho este año- gracias a su teléfono de alertas y a los relatos de supervivientes o de las familias que están en búsqueda de personas desaparecidas- revela que
las muertes de quienes arriesgan sus vidas en el mar por las diferentes rutas han aumentado un 143 % respecto a 2019, cuando contabilizaron 893.Caminando Fronteras publica este martes su 'Monitoreo Derecho a la Vida 2020'", en el que detallado que de las 2.170 víctimas, el grueso se ha contabilizado en la
Ruta Canaria (1.851), seguida por la de Argelia (231), la de Alborán (62) y la del Estrecho (26).
El 95 % de las víctimas, en el mar
Los servicios de rescate solo pudieron recuperar 88 cuerpos frente a los 2.082 migrantes desaparecidos, lo que supone que
95,9 % de las víctimas quedaron en el mar.A lo largo de 2020, la organización, cuya responsable es la activista española Helena Maleno, ha contabilizado 88 naufragios en las diferentes rutas por la frontera occidental euroafricana: 45 en el trayecto hacia el archipiélago canario; 23 en la ruta de Argelia; 13 en la de Alborán y 7 en la del Estrecho de Gibraltar.Pero más allá de sus cifras, la "Ruta Canaria" ha dejado en 2020 un reguero de historias de vida y muerte, de jóvenes africanos que ya solo tienen esperanza, de niños expuestos a la mayor de las pruebas en el océano, de tragedias que están entre las pesadillas de cualquier marinero y de cómo un puñado de ciudadanos anónimos que se arrojan al mar en una noche sin luna a socorrer a 36 náufragos pueden llegar a rescatar, de paso, a una sociedad sometida a sus peores contradicciones por un virus de más largo recorrido que el de la covid-19, la xenofobia.