A raíz de la erupción del volcán Cumbre Vieja o Tajogaite en 2021, La Palma cobró relevancia internacional de la noche a la mañana por un episodio de vulcanismo que sorprendió a todo el país y gran parte del mundo. Aunque para muchos foráneos supuso una oportunidad de situar a la isla en el mapa -y por fin dejar de confundirla con la capital grancanaria, o incluso mallorquina- entre los canarios siempre contó con una estima especial. Por algo es conocida como la Isla Bonita.
Asentada sobre un profundo edificio volcánico, con 708 km2 de superficie emergida que culminan en el Roque de Los Muchachos con una altitud de 2.416 metros, La Palma es una bella muestra de los ecosistemas característicos de la Macaronesia donde la flora endémica prolifera al abrigo de su clima húmedo en una isla eminentemente rural con solo 85.000 habitantes, concentrados principalmente en la capital, Santa Cruz de La Palma, y Los Llanos de Aridane.
Un Parador verde
Una pequeña muestra de este patrimonio verde de la isla podemos encontrarlo en los impresionantes jardines del Parador Nacional de La Palma, que ofrecen unas espectaculares vistas al mar a lo largo de un recorrido donde lucen más de 70 especies de flora autóctona, entre ellas algunas autóctonas como dragos, tajinastes y tabaibas.
Situado entre el aeropuerto y la capital, este Parador ofrece una experiencia diferencial por el paseo entre frutales, plantas endémicas y saltos de agua ante la inmensidad del Atlántico. Todo ello bajo el inabarcable cielo estrellado que nos permite asomarnos por las noches al universo desde un verde rincón de la más noroccidental de las Islas Canarias.
Isla Bonita y pionera
Ya en 1983 la UNESCO declaró una superficie de 511 hectáreas en los municipios de San Andrés y Sauces como Reserva de la Biosfera por albergar un valioso patrimonio natural en sus bosques de laurisilva, que datan de la Era Terciaria, hace más de 1,6 millones de años. De esta forma la Isla Bonita se convirtió el primer territorio insular de España en contar con este reconocimiento internacional.
Este reconocimiento se amplió en 1998 a abarcar el 16% de la superficie insular y, finalmente, 6 de noviembre de 2002, en Sesión Plenaria del Consejo Internacional de Coordinación de la UNESCO, se declaró la totalidad del territorio insular como Reserva Mundial de la Biosfera La Palma. Además en 2014 el ámbito de protección volvió ampliarse para abarcar también la parte marina, incluyendo los cimientos subrmarinos del edificio insular.