La inyección que está de moda y que te permite bajar unos kilitos de más y que puede poner en grave peligro tu salud si no lo usas con control médico.
Alimentarse de manera sana y hacer ejercicio regularmente son los métodos más efectivos para bajar de peso. Pero exigen constancia y hay personas que son presa de las soluciones fáciles, las pastillas e inyecciones medicamentosas. Hay algunas de ellas que pueden poner en riesgo la salud por sus efectos secundarios.
Te has vuelto el más listo y te has saltado el consejo de tu médico para bajar unos kilitos de más usando un medicamento: la liraglutida. Este medicamento parecido a una hormona se libera en tu intestino y hace que los receptores de tu cerebro te hagan sentir más lleno y menos hambriento.
Que sepas que es un medicamento que no se puede comprar sin receta médica y que las instituciones de salud pública ya lo han advertido: para las personas que lo utilizan sin prescripción médica, los efectos adversos son más frecuentes y de mayor magnitud.
Nauseas, diarrea, dolor en el abdomen. Hasta aquí vamos bien.., pero te faltan los efectos adversos más graves... Pancreatitis necrosante, insuficiencia renal, infarto e incluso suicidio.
Como otro dato, la FDA ha emitido una advertencia de caja negra (máxima alerta posible) sobre Saxenda, indicando que se han observado tumores de la glándula tiroides en estudios con roedores, pero que no se sabe si el tratamiento puede causar estos tumores en seres humanos.
Debes saber que los medicamentos son utilizados bajo control médico farmacéutico y que en la mayoría de los casos, deben ser usados para la patología que ha sido autorizada.
Bajar de peso utilizando un medicamento sin control médico y comprometiendo tu salud de por medio, es como jugar a la ruleta rusa, hasta el día que te toque el patatús.
Sigue el control de tu médico y de tu farmacéutico.
Sal a correr o a caminar, come vegetales, frutas y verduras, monta en bici o ve a la playa a hacer ejercicio, seguro que te va a resultar más divertido y sobre todo más sano... Ah! Y no te automediques.