A principios de año, Kalise decidió prescindir de los repartidores de yogures, alegando circunstancias productivas, organizativas y económicas. Los trabajadores han denunciado esos despidos y piden que se considere nulo y se les reubique en otros departamentos de la misma empresa.
Los repartidores de helado siguen en sus puestos, pero la compañía ha decidido externalizar el reparto de yogures por medio de una subcontrata, que lleva trabajando con la empresa desde el año 2019 mientras convivía con los propios repartidores de la sociedad.
Un conflicto de principios de año
El pasado 25 de febrero, los repartidores recibieron un aviso por parte de la empresa para que se incorporasen a sus puestos de trabajo después del parón por la pandemia de la Covid-19. Ese mismo viernes los repartidores acudieron al trabajo, y el lunes siguiente, 28 de febrero, recibieron la carta de despido. Ante esta nueva situación los trabajadores decidieron denunciar a Kalise de manera individual. No fue hasta la semana pasada cuando empezó el primer juicio en Tenerife. El próximo 19 de octubre tendrá lugar en Gran Canaria el segundo juicio.
Desde hace meses. los trabajadores denuncian una falta de comunicación interna que impide la resolución de cualquier tipo de conflicto. Este medio ha intentado recabar la versión del grupo Kalise, pero no ha recibido respuesta.
Despido colectivo: sí o no
En una empresa como Kalise que cuenta con una plantilla de unos 400 trabajadores, se consideraría despido colectivo cuando involucra a 30 personas. En este caso el despido implicó 11 repartidores: dos de Lanzarote, cuatro de Tenerife y cinco de Gran Canaria. En total representan cerca del 4% del total de la plantilla de la empresa.
Fuentes cercanas a los trabajadores denuncian que hay varios compañeros de otros departamentos realizando horas extra no remuneradas y que ellos podrían haber sido reubicados en esos sectores, como en el reparto de helados. Además, los despedidos aseguran que no se dan las tres condiciones productivas, organizativas y económicas expuestas por Kalise para prescindir del servicio de repartidores de yogures.
Cada vez son más las empresas que emplean servicios subcontratados, que permiten un ahorro de costes laborales. También se produce una ventaja económica si no se utiliza una flota propia, ya que no es necesario mantener vehículos con el alto coste en repostaje, seguros, mantenimiento y la inversión en nuevos transportes. Además, ofrecen mayor flexibilidad para atender los picos de demanda que puedan surgir en temporadas altas. De momento los antiguos repartidores de yogures tendrán que esperar a la resolución del conflicto por la vía judicial