El primer juzgado de violencia infantil en Canarias recibe una valoración "bastante positiva"

Todo el proceso está centrado en la víctima, a la que se le manda un cuento a su casa para explicarle cómo será el proceso

Guardar

Imagen del cuento "Hoy vamos al juzgado" que se remite a los niños citados para dar la prueba preconstituida./ Gobierno de Canarias
Imagen del cuento "Hoy vamos al juzgado" que se remite a los niños citados para dar la prueba preconstituida./ Gobierno de Canarias

El primer juzgado de violencia contra la infancia y la adolescencia de España encara su segundo semestre de vida con una valoración "muy positiva" por parte de Tomás Martín, su juez al frente. Esta audiencia, ubicada desde el pasado 1 de octubre en el juzgado de instrucción nº3 de Las Palmas de Gran Canaria, ha constituido toda una revolución para simplificar los juicios con víctimas menores de edad y hacer el proceso mucho más llevadero para ellas.

La piedra angular de este proyecto piloto es lo que se denomina "prueba preconstituida", que no es una novedad en el sistema jurídico español, según explica Tomás Martín, pero es clave aquí. Consiste en una toma de declaraciones única para que la víctima menor no tenga que acudir más de una vez al juzgado, evitando también estar presente en el juicio.

Un juzgado para jugar

Para tomarla, este juzgado se ha dotado de todo tipo de materiales para amenizar el paso del menor por sus salas, desde gafas 3D hasta pizarras virtuales, libros o zonas de juegos. Una vez inicia la toma de declaración, el menor es el dueño del tiempo: puede parar para jugar tantas veces como quiera. Igualmente, la defensa puede requerir al juez que le realice tantas preguntas como sea oportuno al niño o adolescente, pero no está presente, sino que observa desde otra sala a través de un sistema de cámaras.

"Hemos conseguido recortar el plazo para dar la prueba preconstituida a entre 12 y 14 días [desde la denuncia]. Excluye de ir a juicio, lo que permite iniciar el proceso tempranito", indica Tomás Martín a Atlántico Hoy. El magistrado reconoce que el juzgado necesita cubrir plazas en psicología forense, lo que está provocando "un poco más de retraso", pero el cómputo de todos los medios, espacios y medidas auxiliares que el juzgado solicitó y la administración concedió es "bastante positivo".

Martín, convencido de que el proyecto se consolidará en España

Este proyecto piloto tiene una duración prevista de un año, pero Martín está convencido de que continuará después. "Surge con la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y se prevé que en un año se reforme la Ley Orgánica del Poder Judicial para que se creen estos juzgados [en toda España]", explica el magistrado. "La pretensión será la continuidad, que se prevé sujeta por la ley. Se han ido creando, además, estructuras paralelas, como forenses y médicas, que indican una continuidad", añade el juez.

Tomás Martín explica a Atlántico Hoy que el uso de la prueba preconstituida ya es obligatoria para juicios con víctimas menores de 14 años. "Cada vez habrá más tecnología para que el menor no tenga que comparecer en la sala del juicio", añade. En cualquier caso, Martín indica que todavía no se puede valorar qué ocurre con los menores y cómo afecta este cambio en la manera de tomar declaración en lo posterior al juicio. "Ahora están llegando los primeros juicios, tendremos que valorar a partir de entonces", dice, y añade que al menos el menor no tiene que "quedar pendiente del proceso".

Un cuento para explicar qué pasa en el juzgado

Pero toda esta tecnología y mecanismos para facilitar el proceso no suponen un menoscabo en la conciencia del menor de estar asistiendo a un proceso judicial. "Este juzgado se centra en la víctima, pero no presupone la culpabilidad del acusado", explica Tomás Martín, lo que significa que el menor sabe que está prestando declaración. 

El magistrado explica que todo el proceso se adapta a las necesidades de la víctima. "No citamos a los menores con un papel. Para los más pequeños, se remite un cuento a su casa mínimo cinco días antes. En él aparece explicado todo lo que va a pasar en el juzgado. Ahora mismo, solo tenemos cuentos de 7 a 12 años", cuenta Martín, que explica que están trabajando en libros para los más pequeños.

El cuento se llama “Hoy vamos al juzgado” y recoge, a lo largo de sus 34 páginas, la historia de Ana y Quique, dos menores de edad que tuvieron que visitar un juzgado porque sufrieron una situación violenta. Uno de los objetivos del libro es dar a conocer a los niños qué personas les pueden ayudar y proteger cuando lo necesiten, tanto ellos como sus amigos, porque “lo importante es compartir siempre cómo nos sentimos, buscar ayuda cuando la necesitemos y saber que nunca estamos solos ni solas”.

Una comisaría en el hospital

Otro de los logros paralelos a la creación de este juzgado, destaca el magistrado, es la puesta en funcionamiento de una comisaría de policía dentro del propio hospital materno infantil. "Los profesionales que trabajan con la infancia tienen que contar con entornos seguros. La comisaría en el hospital permite que ahí mismo se pueda poner una denuncia", explica Martín.

Esta comisaría ha visto retrasada su apertura debido a unas obras en el Hospital de Las Palmas de Gran Canaria que impidieron su apertura, pero "ya existen policía y forenses en el hospital", cuenta Martín. 

La valoración general del proyecto es buena y el Tribunal Superior de Justicia de Canarias lo sabe. De hecho, destaca Martín, "el presidente tiene claro que Canarias ha pasado a ser pionera [con estos juzgados] y quiere replicarlo".