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Sociedad

Las nuevas generaciones y la Semana Santa: ¿hay jóvenes en las cofradías?

Este medio ha hablado con las diferentes hermandades de Las Palmas de Gran Canaria para conocer la opinión de sus miembros sobre cuál es la relación de la juventud con esta festividad y dar respuesta a algunas cuestiones

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Dos jóvenes ultiman los preparativos de un paso en la hermandad de la Esperanza de Vegueta / MARCOS MORENO - ATLÁNTICO HOY

Es Viernes de Dolores y el ajetreo es palpable en cualquier parroquia. Faltan dos días para que arranquen las procesiones de Semana Santa y todos los pasos deben estar a punto. Un trabajo para el que los miembros de las cofradías se ponen manos a la obra porque no hay tiempo que perder. Es el caso de Carmelo Ortega, un joven de 22 años que pertenece desde hace una década a la Hermandad de la Esperanza de Vegueta. “Cuando hice la comunión, con el dinero que me dieron quise hacerme hermano y me compré el primer hábito”, cuenta a Atlántico Hoy en la iglesia de Santo Domingo (Las Palmas de Gran Canaria). 

No fue hasta los 13 años cuando empezó a pertenecer a la cofradía conocida por sus nazarenos. “A mí me enganchó el tema de la hermandad un Domingo de Ramos cuando yo era pequeñito y ese punto teatral que tiene la salida con la música y los costaleros me llamó la atención”, afirma. Bromea con que al año siguiente “obligó” a su madre a que lo llevara de nuevo y acabó “con 8 años llorando mientras veía al Cristo sin saber casi nada”.

Este medio ha hablado con las diferentes cofradías y hermandades de la ciudad capitalina para conocer la opinión de sus miembros sobre cuál es la relación de las nuevas generaciones con la Semana Santa y dar respuesta a algunas cuestiones: ¿hay cantera? ¿Cómo se puede lograr que los jóvenes se acerquen más a estas tradiciones? ¿Están los hermanos mayores preocupados por la situación actual?

La fe disminuye

Marilola Ojeda es la hermana mayor de la Hermandad de la Soledad, ubicada en el número 2 de la calle San Francisco de la capital grancanaria. Al margen de casos como el de Ortega, ella considera que “la fe católica ha disminuido entre los jóvenes, hay como una dejadez”. Cree que las nuevas generaciones lo relativizan y tienen otra forma de vivir. “Cuando veo a gente joven que se interesa me da alegría. Pero por desgracia no son muchos”, manifiesta. 

Ojeda reconoce que más de una vez se han planteado una posible disminución importante de cofrades en el futuro. Aunque la hermana mayor no da la batalla por perdida y espera que haya un resurgimiento de la gente para que “todo el trabajo que se ha tenido durante años no caiga en saco vacío”. “Pienso que la juventud puede volver, es cuestión nuestra entusiasmarla y dar ejemplo”, añade.

Un equipo renovado

Más optimista se muestra José Manuel Olivares, el encargado de gestionar la Hermandad del Santo Encuentro. Dice que tiene fe porque “si cuando llega la Semana Santa aparecen todos, ¿cómo es posible que se pierda?”. La solución que propone el hermano mayor para que la gente de menos edad se involucre en las cofradías es el apoyo. “Nosotros este año vamos a ser 15 miembros nuevos y la mitad de la promoción es joven”, dice orgulloso. Y agrega que “la mitad del equipo es joven desde que se cambió la junta el año pasado”. 

Desde su experiencia, Carmelo Ortega declara que su generación no comparte, de forma general, la vocación que tiene él. “En la Península todavía, pero aquí somos muy pocos los que nos enganchamos”, admite. Explica que desde que llegó a la hermandad ha visto entrar a 15 o 20 jóvenes. “Yo cuando entré no le veía futuro, pero desde que he visto el pasar de los años sí”, indica. “Seremos nosotros los que sigamos con esto y tiraremos para adelante, claro que sí”, exclama. 

Pandemia y nuevas tecnologías

La Hermandad del Buen Fin, relacionada con la parroquia del Espíritu Santo, tiene al frente a Miguel Rodríguez. Quien rememora cuando antaño la Semana Santa era una fecha muy especial. “Casi siempre estrenábamos unos pantalones o unos zapatos”, cuenta emocionado. Esa realidad ha cambiado y considera que “la pandemia y las nuevas tecnologías han dado un giro bastante pronunciado”. “Mi cofradía, al ser muy antigua con 89 años, ha tenido cuatro generaciones. Antes la gente joven, los nietos, siempre asistían. Y últimamente veo que no, que ya van faltando”, asevera. 

Como ejemplo pone el de un cofrade que asistía todos los años a la Semana Santa y en 2019 no acudió. Al encontrarse con él días después le preguntó la razón y este le contestó: “Perdona Miguel, pero me senté a las siete de la tarde en el ordenador y cuando me di cuenta eran las dos de la mañana”. Y aclara que no es un caso aislado porque se ha percatado de que “la gente joven vive alrededor de la tablet y del ordenador”. “Yo no quiero decir que todo el mundo sea así, pero noto que un gran porcentaje hoy vive relacionado con este tipo de cosas”, agrega. 

Figura de 'La Burrita' / MARCOS MORENO - ATLÁNTICO HOY

Poco aparcamiento

La postura de Rodríguez más que pesimista la considera realista por “cómo está transcurriendo el mundo”. “A lo largo de la historia muchas cosas van cambiando y posiblemente estamos en un punto de cambio total”, vaticina. “Luego también observo que las circunstancias como la peatonalización de las calles influye. La gente que vive alejada me dice que no viene porque no tiene dónde aparcar”, reflexiona.

“Los recorridos de procesión, posiblemente dentro de unos años no se podrán realizar. Pero no porque no quieran las cofradías, sino las circunstancias… La economía también influye, porque sacar a la calle un paso es mucho dinero”, sentencia. 

Procesión de Semana Santa en Las Palmas de Gran Canaria donde se muestra la fe católica / AYUNTAMIENTO DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

Hacer actividades

La hermana mayor de la Hermandad de la Soledad propone como solución que se hagan actividades. Considera fundamental que las celebraciones sean abiertas, que se reciba a todo el mundo. “Es una pena que el trabajo de todo este tiempo se vaya a ir perdiendo”, expone. Añade que “hay que ser optimistas y trabajar con la juventud de alguna manera”. 

Ojeda lleva toda la vida vinculada a esta celebración “porque era costumbre desde niño vivir la Semana Santa”. Algo que considera clave también Ortega, aunque relata que él viene de una familia que es creyente pero no practicante. “Yo, por ejemplo, no tengo tradición”, añade. 

Imagen de una Virgen en la Semana Santa de Las Palmas de Gran Canaria / AYUNTAMIENTO DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

"Casi nadie tiene la respuesta"

Lino Chaparro se encuentra en la iglesia de Santo Domingo con Ojeda. El hermano mayor opina que su hermandad tiene futuro “porque los jóvenes van a seguir con todo esto”. Exclama que “esto se le va metiendo a uno en la sangre”. “Al hombre siempre le hace falta espiritualidad y es algo innato de las personas”, atestigua.

Yo empecé aquí cuando era un niño, llevo 40 años en la cofradía. Ha sido una sucesión de muchas personas y tiene que haber un relevo generacional porque si no esto se va muriendo. Los jóvenes tienen que aprender para que cuando nosotros nos vayamos, ellos puedan seguir con esto”, relata. 

Ojeda no sabe cómo se podría convencer a la gente de su generación para que se involucre en la Semana Santa porque “casi nadie tiene la respuesta”. Solo tiene claro que es algo interior que te debe enganchar y que el objetivo debe ser intentar “que cada Domingo de Ramos sea lo más maravilloso posible”.