El problema no es el crecimiento poblacional, es modular la capacidad de carga de las Islas. Es el resumen que se desprende de la intervención de José Carlos Francisco, presidente del Consejo Económico y Social (CES) de Canarias, este lunes en una comisión parlamentaria que estudia la evolución demográfica del Archipiélago.
Para entender a Francisco primero hay que comprender qué es la capacidad de carga, y esto es el tamaño máximo de población que un territorio puede soportar indefinidamente en un periodo determinado. Según el presidente del CES, la frase "no cabemos más en Canarias" se repite como panacea del problema demográfico. Su tesis es que sí cabemos más, pero necesitamos un cambio tecnológico que nos permita gestionar el territorio de manera más eficiente.
Tecnología para aumentar la capacidad
Poniendo blanco sobre negro: Canarias sólo podrá tener un crecimiento sostenible si se optimiza el reciclaje de residuos y la gestión y tratamiento de aguas, si se acaba con el desperdicio de residuos hídricos potables. Sólo cuando se reduzca la dependencia de combustibles fósiles, o cuando se consiga una economía circular, el mismo territorio podrá soportar sin problemas más población.
No es una opción. Las previsiones de hace años para la población que tendría Canarias en 2022 se han cumplido. Si la progresión continúa como se prevé, en 2033 serán 2,5 millones los habitantes del Archipiélago, aproximadamente 250.000 más que ahora.
Canarias podría soportar cuatro millones
Y, en medio siglo y si la tendencia se comporta como lo ha hecho como hasta ahora, la población canaria podría verse doblada. Esta última aproximación, en cualquier caso y según señala Francisco, no es norma. Sencillamente, en los últimos siglos la población de las Islas se ha doblado aproximadamente cada 50 años, aunque el patrón no tiene por qué repetirse.
En cualquier caso, Francisco expresa que Canarias perfectamente podría tener 4,4 millones de habitantes. No es cierto, según él, que no se pueda, pero hay que lograr aumentar la capacidad de carga con esos avances tecnológicos que permitan un ciclo más rápido de la utilización de los recursos.
El ejemplo de Singapur
La muestra de que un territorio pequeño puede soportar esa presión habitacional sin colapsar, y fijándose única y exclusivamente en las variables de territorio y población --dejando al margen otros factores como la economía, el PIB o la cercanía al continente-- es la isla de Singapur.
José Carlos Francisco pone este ejemplo porque se trata de una isla con una superficie muy similar a La Palma --la Isla Bonita tiene 708 kilómetros cuadrados y Singapur 733-- pero que es el hogar de casi 5,5 millones de habitantes --una densidad de 7.720 por kilómetro cuadrado--.
Ejemplo de sostenibilidad
Si la población entera de La Palma cabe dentro del estadio Santiago Bernabéu y sobra espacio, la población entera de Canarias cabría en Singapur y aún habría hueco para el doble de canarios. Y, sin embargo, según Francisco, la isla asiática es ejemplo de sostenibilidad.
Esto es porque la capacidad de carga del pequeño estado del sudeste asiático ha crecido tanto que 5,5 millones de personas pueden vivir en su perímetro sin que colapse.
Tres vórtices de un triángulo
La sostenibilidad y capacidad de carga de un territorio, continúa Francisco, depende de tres factores. Algo que el presidente del CES denomina "el triángulo de la sostenibilidad" y que tiene su triada en el medio ambiente, la sociedad y la economía.
No se debe, según Francisco, legislar sólo sobre uno de los vórtices, porque entonces los otros dos se desequilibrarían. Con esta indicación, el presidente del CES hace referencia a la lupa que se pone sobre el sector turístico, que dice ocupa sólo el 3,5% de la superficie de Canarias pero genera un 35% del PIB; y a la inmigración, pieza clave en el crecimiento poblacional de la región.
Nacen menos niños que personas fallecen en las Islas, pero la previsión sigue siendo al alza precisamente por la inmigración. Para el año 2033, casi el 30% de la población en Canarias será extranjera, algo que obliga, según Francisco, a perseguir una convivencia adecuada que de soporte al vórtice social de la sostenibilidad.