El debate está servido. Desde que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), anunciara el pasado jueves que los nuevos colegios públicos impartirán los dos primeros cursos de Primaria en jornada partida —a partir del próximo curso habrá clases mañana y tarde en la capital de España—, ha sido recurrente escuchar discrepancias entre distintos sectores de la sociedad sobre si es mejor mantener la fórmula que ya existe —estar en las aulas de manera continua hasta el mediodía como es el caso del Archipiélago— o dividirlo con la consecuencia de que los alumnos pasen más tiempo en el centro educativo —aunque un beneficio podría ser, por ejemplo, una mejor conciliación para muchas familias—.
En Canarias parece que hay consenso, aunque no es unánime porque los padres y madres plantean abrir el debate para comprobar hasta qué punto ha sido efectiva la jornada continua —llegó para quedarse a las Islas allá por 1992, aunque en un principio iba a ser solo un proyecto piloto—, aunque los profesores no. La discrepancia en el Archipiélago casi no existe al igual que la posibilidad de que se cambie el modelo. “Por ahora no nos planteamos una modificación de la jornada”, afirma José Manuel Cabrera, viceconsejero de Educación del Ejecutivo regional, en declaraciones a Atlántico Hoy. “Esto fue en su día fue una decisión acordada entre sindicatos y la propia Consejería”, agrega.
Formación del profesorado
“Nosotros percibimos”, dice, “que la jornada continua sobre todo aquí en Canarias por las condiciones es la adecuada y no se ha planteado modificarla”. Cabrera pone sobre la mesa que España es uno de los países de la Unión Europea (UE) que mayor número de horas de docencia imparte, por lo que se trata de convertir en “lo más productivas posibles” las que se lleven a cabo en lugar de hacer más largos los días lectivos. “Por eso trabajamos en la formación del profesorado”, indica.
“Sí es verdad que en el equipo de gobierno vemos como una necesidad y queremos seguir promoviendo que existan actividades extraescolares que complementen la jornada del alumnado para una mejor conciliación de la vida laboral y familiar. Seguiremos fomentando con los ayuntamientos que en gran parte proporcionan estas actividades y también con las propias asociaciones de Madres y padres para que puedan las familias canarias puedan tener esa posibilidad”, continúa.
Las familias
Ahí es donde está el problema para los padres y madres, en la necesidad de conjugar la vida académica de sus hijos con sus horarios en el trabajo. Muchas veces deben hacer malabares a la hora de unir ambas realidades. Sergio De la Fe, vicepresidente de FAPA Galdós, así como representante de las familias en el Consejo Escolar, asegura que se debe hacer un estudio para analizar cuáles son los efectos de la jornada continua en el alumnado canario y si deberían plantearse seriamente el debate de regular un nuevo tipo de jornada.
“Debemos preguntarnos cómo de positiva ha sido la implantación de la jornada continua, analizar los resultados y conocer desde la perspectiva fundamental que es el bien superior del menor si supone un beneficio o un perjuicio para los niños escolarizados”, incide.
Compromiso disuelto
“Y luego además se adquirió por parte de la administración educativa canaria por aquel entonces un compromiso, por el cual el cambio de jornada no iba a suponer un quebranto en la conciliación de la familia. Con el devenir de los tiempos no solo se han desecho de los gobiernos sucesivos de ese compromiso, sino que las familias hemos sido abandonadas a nuestra suerte”, prosigue De la Fe.
El representante de las familias destaca que existen opiniones para todo, pero que el consenso en general sí radica en que no importa cuál sea la jornada mientras la conciliación familiar y laboral no sea una cuestión complementaria a la educativa. Todo “para poder garantizar el acceso de los menores a la educación y su bien superior”. “Es importante debatir de esto”, sentencia. Fapa Galdós celebró este fin de semana el acto de apertura del nuevo curso escolar en el CIFP Felo Monzón. Allí, su presidenta, Marian Álvarez, señaló que "los objetivos han sido aunar a la comunidad educativa en un evento que sirviera para reforzar los lazos que proporcionan la formación y la educación de cada generación".
"Aquí no hay debate"
Un análisis diferente es el que hace Gerardo Rodríguez, el portavoz del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Canarias (STEC-IC). “Aquí no hay debate sobre este tema, no se ha producido. Se ha generado en Madrid a raíz de situaciones específicas de allí. Pero aquí en las Islas la vida cotidiana está planificada sobre la jornada continua y en principio seguirá siendo el eje sobre el que pivote el trabajo en la educación pública”, afirma tajante. “Los resultados son buenos porque en ese aspecto no hay discrepancias”, agrega.
Bajo su punto de vista, es más importante para los canarios la escolarización de cero a tres años o la implantación de la de la acogida temprana, que desapareció durante la crisis económica del 2008 al 2016 y desde entonces hay algunas familias que se lo pueden permitir, pero otras muchas no. “Vamos, por ejemplo, a la cola del Estado en la escolarización de 0 a 3 años y el crecimiento que se ha ofertado para el año que viene en esa etapa educativa es claramente insuficiente. El rendimiento de los propios alumnos tiene más que ver con las carencias del sistema educativo”, reflexiona.
"Falta de inversión"
Comenta que la escuela pública tiene carencias, pero que eso está relacionado con la falta de inversión, con los recursos humanos. Necesitan, apunta, más profesorado para que pueda atender de una manera más específica a los alumnos. “Tenemos unas prioridades en educación por las que me parece que el tema de la jornada, no solamente no es prioritario, sino que es una cosa residual porque aquí durante muchísimos años ni se ha hablado de eso ni se ha cuestionado”, insiste Rodríguez.
“Aquí hay que tener presente una cosa, somos islas. Es un territorio muy fragmentado, muy disperso. La mayor parte de los profesores no está en el lugar residencial donde le correspondería por cercanía a su ámbito laboral. Eso significa que a lo mejor te vas por la mañana desde las seis de la mañana para llegar a tu trabajo y regresas a las siete de la tarde. Puede ser el caso de alguien que viva en Las Palmas de Gran Canaria, pero trabaje en Maspalomas”, narra.
Autonomía
Por su parte, Pedro Crespo, presidente de ANPE Canarias, explica que hace ya años que las comunidades educativas de los centros públicos del Archipiélago se decantaron de manera contundente por la jornada continua. “La decisión sobre la adopción de la jornada continua o de la jornada partida debe entrar dentro de la autonomía de los centros y de sus comunidades educativas para determinar aspectos clave de su propia organización, y así sucedió: la jornada continua es fruto de esa autonomía”, aclara.
“En las Islas no ha existido realmente un debate social sobre este tema. En términos generales, la jornada continua ofrece más beneficios que la jornada partida para el conjunto de la comunidad educativa. A veces se argumenta que, en la jornada continua, el alumnado está cansado en las últimas horas de clase y le cuesta concentrarse, pero la alternativa es peor. A las tres de la tarde, casi inmediatamente después de comer y con el calor apretando en las aulas de muchas zonas de Canarias, aumenta la somnolencia y es mucho más difícil concentrarse”, expresa.
“Otro argumento engañoso es el de que la jornada partida favorece la conciliación familiar. En ese sentido, el objetivo de la conciliación familiar es que los padres y las madres puedan compartir tiempo con sus hijos. Es cierto que, muchas veces, las obligaciones laborales lo dificultan. Por eso, con la jornada continua, se ofrecen actividades extraescolares en los centros”, culmina.